El Valencia Basket se impuso al Unicaja en un encuentro que tuvo controlado desde el segundo cuarto, pero en el que dio vida en dos ocasiones a su voluntarioso rival, al que le faltó serenidad para completar sus intentos de remontada.
El choque empezó con ambos equipos inspirados en ataque y poco rigurosos en defensa. En ese escenario, los puntos de Justin Doellman alimentaron a los locales y los de Mindaugas Kuzminskas a los visitantes. Pero fueron las tres faltas casi seguidas de Domantas Sabonis las que marcaron el arranque.
Con los dos equipos muy mermados en su juego interior por las lesiones,
Joan Plaza movió sus piezas, reconvirtió a Carlos Suárez al 'cuatro' y le funcionó. Esa estructura abierta despejó el camino hacia el aro local aunque en defensa le costó mantener la concentración y la paciencia del Valencia se transformó en un par de triples igualaron el marcador (22-22, m .10).
Velimir Perasovic supo adaptarse al movimiento propuesto por su homólogo y apostó por jugar con tres interiores muy móviles como Pablo Aguilar, Lubos Barton y Kystof Lavrinovic. Con ese cambio, cegó por completo a su rival que pasó cinco minutos sin anotar y pese a que sus propios errores se multiplicaron, sacó mucho provecho a sus pocos aciertos (28-22, m.25).
El regreso a la pista de Fran Vázquez espoleó al Unicaja pero también volvió al choque Romain Sato, que con sus puntos desde el poste bajo permitió a los locales llegar al descanso con una cómoda renta (39-30, m.20).
En la primera jugada del tercer cuarto, un golpe del centroafricano a Suárez le hizo una brecha en la ceja y noqueó al Unicaja. La buena circulación del Valencia acabó con nuevos triples librados de Rafa Martínez que (53-35, m. 24). Sólo el ímpetu de Zoran Dragic mantenía en pie a los visitantes.
Viendo tan tocado a su rival, el Valencia se relajó y el Unicaja, pese a su falta de acierto en el tiro exterior, supo reengancharse al encuentro. La rapidez de un inspirado Granger le facilitó las cosas en ataque y su defensa zonal acabó de manera inmediata con la fluidez ofensiva local.
Tras un fugaz primer acercamiento, Stimac y Dragic retomaron la remontada visitante y el marcador se estrechó al máximo (69-67, m.34). Y el Valencia reaccionó. Oliver Lafayette y Doellman subieron la línea de presión local y ellos mismos remataron su trabajo en la canasta contraria en apenas unos segundos (76-67, m.36)
El base estadounidense asumió el control absoluto de los ataques valenciano y cuando no resolvió desde la línea de 6'75, supo atraer lo suficiente la atención de los defensas malagueños para dejar espacio para que Sato y Rafa Martínez anotaran.
Inasequible al desaliento, el Unicaja aún puso en marcha un último intento de reacción con una defensa a toda la pista que precipitó al Valencia. Pero cuando volvió a tener a tiro a su rival le faltó serenidad para culminar su remontada.