Una docena y si no lo hay poco le falta. La comparsa de Ángel Subiela, con grupo nuevo, entra de lleno en el grupo selecto de la modalidad. “Doce meses carnavaleando” despliegan un juego de voces en el que sin duda se quedan con febrero. El mes elegido, el que marca los años.
La lucha del gaditano, el inconformismo de los que miran por sus tradiciones. Los que batallean por su cultura o por Semana Santa, mientas que los del Carnaval “se miran el ombligo” con tanto “postureo” que no “tienes cojones de abrir un museo”. Crítica feroz a la escasa rebeldía de los carnavaleros.
La música crece en cada estrofa y se acopla en unos pasodobles. El maltrato y el desprecio se tornan en un giro inesperado en la letra y tiene como culpable a España por permitirlo todo. Bien desarrollado.
Un calendario que despliega un popurrí que repasa cada uno de los meses del año con las fiestas más típicas de cada una. Febrero que empieza y termina en la medición perfecta de un tiempo.
