Unos pijos muy españolazos que se ajustan a todos los tópicos de los de bien. Su bandera de España, su raqueta y todos los artilugios de marca.
El coro de Manolo Valdés abre la segunda parte de la sesión con un tango clásico, “añejo y antiguo”, el que él quiere y el que saborea cantando con un estilo clásico. Tienen la añoranza de tiempos mejores, el coro despliega el piropo a Cádiz.
En el segundo tango recuerdan a la madre del propio Valdés.