Decía San Agustín: “¿qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé. Pero si tuviese que explicárselo a alguien no sabría cómo hacerlo”. Algo análogo ocurre con lo acontecido en Andalucía durante los últimos dos años y siete meses, es decir, el tiempo transcurrido desde la celebración de las elecciones autonómicas de diciembre de 2018, que arrojaron una victoria del PSOE aunque un gobierno de PP y Cs, apoyado por Vox.
El presidente andaluz Juanma Moreno ha hecho balance esta semana, en una comparecencia voluntaria en el Parlamento que se ha parecido, sin serlo, a un debate sobre el estado de la comunidad. Si miramos hacia atrás, entendiendo que cualquier análisis de la gestión es condicionado por la pandemia, hay que decir aquello que cantaba
Presuntos Implicados: “ah, cómo hemos cambiado”. Quién hubiera dicho entonces, pocas horas antes del 2 de diciembre de 2018, que Juan Espadas sería el candidato socialista a la Presidencia de la Junta en lugar de Susana Díaz, quien parece caminar hacia el Senado tras un áspero proceso de primarias por el que también perderá la secretaría general de los socialistas andaluces.
O que la fractura más allá de la izquierda del PSOE-A ha sido una quiebra en toda regla que ha deparado un asombroso resultado por el que el grupo parlamentario encabezado por Inmaculada Nieto y solo cinco de los diecisiete diputados conseguidos el 2D ha pasado a llamarse Unidas Podemos, mientras que Teresa Rodríguez y diez más se han quedado como parlamentarios no adscritos pero manteniendo la marca Adelante Andalucía. Si alguien me lo pregunta, lo sé. Pero si tuviese que explicarlo no sabría como hacerlo.
O cómo Ciudadanos, en poco más de dos años, ha entrado en un proceso de liquidación del que parece no haber vuelta atrás, siendo la pérdida de la Alcaldía de Granada y la crisis provocada por María Cantos y los suyos en Jaén dos ejemplos más. Sin olvidar a Vox, que ya ha contado con tres portavoces parlamentarios, uno de ellos Francisco Serrano, investigado por los tribunales por presunto fraude de subvenciones. Menudo panorama. Miel sobre hojuelas para Juanma Moreno ante un adelanto electoral que parece evidente.