Desconozco si la venta de Lotería de Navidad se ha disparado en las administraciones de Casariche, Linares y Almodóvar del Río. Ya conocen esa
fake new que apunta al premio gordo allá donde resida la desgracia. Son los tres municipios andaluces confinados por el alto índice de contagios del Covid 19, una situación puntual que pasará (espero) dentro de pocos días.
La liturgia del martes, posterior al Consejo de Gobierno, comunica qué vecinos no pueden salir de su pueblo. Primero fue la localidad sevillana, luego la jiennense (con perdón para los linarenses) y, por último, y de momento, la cordobesa. Llueve sobre mojado para esas poblaciones.
Además de los problemas habituales, que ya padecen, se le suma este penoso aislamiento. El de Linares es un caso aparte. Es el municipio con más paro de toda España, con una tasa de desempleo del 30,9%, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Lejos quedaron los pulmones económicos de los linarenses, por supuesto la minería, pero también el sector del motor. Desde que Suzuki se marchó, en 1995, ese municipio no ha levantado cabeza. El Plan Linares Futuro no sirvió para reactivar la actividad industrial, sólo para resolver las prejubilaciones de los trabajadores.
Durante lustros tanto la Junta como los sindicatos llegaron a acuerdos para reactivar la segunda ciudad en número de habitantes de la provincia jaenera, pero todo quedó en papel mojado. La realidad, a día de hoy, la dura realidad es que se trata de un municipio reclamo para amantes de la hostelería. Las tapas de Linares son conocidas, por su calidad, en todo su entorno; y el confinamiento va a ser un lastre definitivo.
El turismo, que se había convertido en una remota esperanza debido a los restos dejados por la explotación minera, siempre fue un quiero y no puedo. Ni siquiera la joya de la corona, el asombroso yacimiento arqueológico de Cástulo, que nos ha mostrado el Mosaico de los Amores, la Patena de Cristo en Majestad o el León de Cástulo -descubrimientos de primera magnitud- han convertido a esa localidad en foco de interés para el turismo, aunque sí para los arqueólogos.
Por tanto, el confinamiento es un traspiés para la ciudad, pero sus verdaderos problemas son otros. Valga el Covid para que pongamos el foco en Linares, y tratemos de darle solución a esos problemas estructurales.