Los grupos ultras del Sevilla y del Betis, Biris y Supporters, respectivamente, quisieron incendiar el derbi en las primeras horas del día. Concretamente, tras los entrenamientos que ambos equipos desplegaron en sus distintos estadios con la presencia de aficionados.
Los radicales se dieron cita en el popular Parque de María Luisa para enfrentarse en una batalla campal. Por fortuna, varios testigos avisaron rápidamente a la Policía Nacional, que se presentó al instante en este enclave para detener un lamentable enfrentamiento entre violentos, que resultó con agentes heridos y 30 detenidos, principalmente de la hinchada sevillista.
Son situaciones que nunca deben suceder en un derbi donde sevillistas y béticos comparten hasta familias.