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Coronomía

Es el momento de ponerse al servicio del país, el de todos, independientemente de quien gobierne y de quien pueda estar en sintonía con lo que pensamos

Publicado: 20/04/2020 ·
11:22
· Actualizado: 20/04/2020 · 11:22
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Autor

Juan Miguel Becerra Vila

Doctor en Pensamiento y Analisis Político. Consultor electoral y Director de SW Demoscopia

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Spanish coffee es un blog en el que el autor analiza la actualidad política del panorama nacional

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Un amplio estudio sobre la mortalidad y el empleo en cincuenta ciudades norteamericanas durante la pandemia de la gripe de 1918 concluyó que lamitigación o estrategia en la que las medidas tomadas son más débiles, fueron mucho peor para la economía que las de contención con medidas más severas de distanciamiento social. La tendencia observada en ese estudio demuestró que cuanto más débiles fueron las medidas de control más muertes se produjeron y más débil fue la recuperación económica de esas ciudades. Las dos variables importantes de una cuarentena, la duración de esta y la rapidez de su implantación son igual de importantes. En España posiblemente estemos aplicando bien la primera y tarde la segunda. El mismo estudio sugiere que reaccionar diez días antes a la llegada de la pandemia en una ciudad determinada aumenta el empleo en alrededor del 5% en el período posterior. Del mismo modo, la implementación de medidas de distanciamiento social o NPI (Non PharmaceuticalInterventions) por cincuenta días adicionales aumenta el empleo en un 6.5% después de la pandemia.

El principal hallazgo de este estudio es que las ciudades que intervinieron antes y de manera más agresiva contra la pandemia experimentaron un aumento relativo mejor de la actividad económica real después de la misma. Por tanto, aunque parezca paradójico las medidas de distanciamiento social, el confinamiento o la cuarentena, probablemente ayuden a medio plazo a la recuperación económica. Pero para vencer a este enemigo se necesita una acción coordinada de todas las fuerzas políticas, económicas y sanitarias del Estado, es decir, se necesita de un esfuerzo sistémico. La gravedad de la situación por el número de fallecidos que está provocando y por las consecuencias sociales y económicas que persistirán más allá de su duración como epidemia, nos debería concentrar a todos en el mismo esfuerzo: la lucha contra el coronavirus.

Las ayudas individuales, las iniciativas de empresas y multinacionales o la buena voluntad de muchos de los implicados en la primera línea de la batalla no son suficientes en vista de la envergadura del problema. El desorden y la incapacidad de las administraciones para surtirse en tiempo y forma de los elementos básicos de protección como respiradores, EPIs, mascarillas o gel hidroalcohólico son un buen ejemplo de cuanto de importante es la coordinación del engranaje de toda la maquinaria estatal y autonómica. Los fallecidos a fecha de hoy superan ya desgraciadamente al número de combatientes muertos en la más sangrienta de las batallas de la guerra civil española, la batalla del Ebro.España cerró sus fronteras tarde, pero las cerró, pero la pandemia ha desvelado que nuestro país tiene grandes debilidades como Estado y que no cierra bien sus heridas, ni las cerrará.

Una de estas debilidades tiene que ver con la importancia que los políticos le dan a su ideología. Para mucha gente con poder en España la ideología es más importante que la amenaza vital que enfrentamos. La lucha contra el coronavirus debería ser una cuestión bipartidista, tanto del PSOE como del PP, tanto de la izquierda como de la derecha. Cuando el sistema sanitario parpadea en rojo, cuando uno de cada cuatro enfermos mayor de 80 años fallece, cuando la economía puede caer un 15% y destruir tanto empleo como el creado en estos años atrás, cuando tantos están sufriendo sin poder despedirse de sus padres o abuelos es el momento del patriotismo. Es el momento de ponerse al servicio del país, el de todos, independientemente de quien gobierne y de quien pueda estar en sintonía con lo que pensamos sobre la crisis. Con casi toda seguridad la economía española se recuperará antes que la política nacional de esta crisis. Pronto podremos ver qué piensan los españoles y qué hemos aprendido después de tanta sinrazón. Lo dicho.

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