El 'dieselgate', o el exceso de las emisiones de nitrógeno de los coches diesel con respecto a los niveles teóricos calculados, causa la muerte prematura a 4.560 personas en Europa, lo que eleva la cifra de fallecidos en un escenario normal (cumpliendo los límites previstos) de 5.270 a 9.830, según un estudio de entidades académicas y de investigación de Noruega, Austria y Suecia.
En el contexto de la Semana de la Movilidad Europea 2017 que se celebra estos días, el Instituto Meteorológico de Noruega, el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) de Austria y la Universidad Tecnológica Chalmers de Suecia lanzan esta investigación en la que señalan que todas estas muertes se podrían evitar si se respetaran los límites establecidos y que serían menores si los coches fueran de gasolina.
Según los investigadores, la contaminación de los coches diesel provocó un total de 9.830 muertes en la Unión Europea, Noruega y Suiza, que se podrían reducir a 5.270 si no hubiera excesos de contaminación y podrían disminuir hasta las 2.230 si la emisión de nitrógeno fuera tan baja como la de los coches de gasolina.
En este sentido, el experto del IIASA Jens Borken-Kleefeld ha explicado que, "si las emisiones de los automóviles diésel fueran tan bajas como las emisiones de automóviles de gasolina, podrían haberse evitado tres cuartas partes de las muertes premturas, alrededor de 7.500".
Desde 1990 los coches diesel en la Unión Europea han aumentado un 50 por ciento, hasta alcanzar los 100 millones de vehículos, mientras que el nitrógeno que emiten es entre cuatro y siete veces más alto de lo se calculó en los test oficiales, de acuerdo con la investigación.
De las 425.000 muertes prematuras asociadas en Europa con los niveles actuales de contaminación del aire, más del 90 por ciento se deben a la combinación de enfermedades respiratorias o cardiovasculares y la exposición a las partículas finas, tal y como explica el estudio.
ESPAÑA: SE PODRÍAN HABER EVITADO 170 MUERTOS
En el caso de España, que ocupa la séptima posición en la lista de países por número de muertes, la cifra por el exceso de nitrógeno alcanza los 170 fallecidos, de un total de 370. Según los datos del estudio, las defunciones prematuras en España se podrían reducir a 200 si los diesel contaminaran lo que decían los datos teóricos y disminuirían a 70 si las emisiones de nitrógeno fueran tan bajas como las de los vehículos de gasolina.
De acuerdo con el mapa realizado por los investigadores, en los que señalan las zonas de europa con mayor concentración de partículas finas a causa del exceso de nitrógeno, en España, la zona más afectada es la provincia de Cataluña, sobre todo el área del interior Barcelona y Tarragona y puntos de la zona costera de Girona.
ITALIA, ALEMANIA Y FRANCIA, A LA CABEZA
La lista de países con más muertes prematuras por el exceso de nitrógeno está encabezada por Italia (1.250), Alemania (960) y Francia (680). No obstante, los datos del estudio señalan que en total (y no sólo las muertes causadas por el exceso), en Italia fallecen 2.810 personas por las emisiones del tráfico rodado, 2.070 en Alemania y 1.430 en Francia.
Así, si los coches emitieran lo que realmente se expresó en los test oficiales, se reducirían a 1.560 las muertes en Italia, 1.110 en Alemania y 750 en Francia; asimismo, si las emisiones fueran tan bajas como las de los coches de gasolina, el número de muertes disminuye aún más: 890 en Italia, 380 en Alemania y 260 en Francia.
De acuerdo con la explicación de los investigadores, la razón por la que estos tres países están a la cabeza es la combinación de alta población y el alto número de coches diesel que se encuentran.
La lista continúa con Reino Unido (640 muertes en total, de las que 320 son por el exceso de emisiones de nitrógeno y 110 si los coches emitieran como los de gasolina); Holanda (360 en total, 180 por el exceso, 60 si fueran de gasolina); Polonia (360/170/80); después de España, viene Bélgica (290/140/50); Suiza (250/120/50); y Hungría (190/90/50).
Por último, los niveles más bajos se encuentran en Noruega, Finlandia y Chipre, donde el riesgo catorce veces más bajo que la media de la Unión Europea.