En España se celebran una media de 27 manifestaciones diarias desde que comenzó el año 2013, según datos oficiales recogidos por Europa Press. Sólo en los meses de enero, febrero y marzo las Fuerzas de Seguridad registraron un total de 2.430 concentraciones en todo el territorio nacional.
A lo largo de 2012 tuvieron lugar 6.125 concentraciones, lo que significa una media de 16 al día. De este modo la cifra en lo que va de año ha experimentado un aumento del 68 por ciento en relación con el ejercicio anterior en el fue necesario el despliegue --en total acumulado-- de más de 95.000 efectivos de los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
De las concentraciones celebradas en estos primeros meses de 2013 sólo ha sido preciso recurrir por parte de los cuerpos de seguridad al uso de material de protección en dieciocho ocasiones, es decir, en el 0,74 por ciento del total de manifestaciones.
Esta cifra también es ligeramente superior a la registrada a lo largo de 2012. Ese año fue necesario el uso de material de protección para los antidisturbios en 271 manifestaciones, es decir, el 0,64 por ciento de las convocadas.
POLICÍAS HERIDOS
Otra de las cifras que ha ido en aumento en los últimos ha sido la relativa a los agentes antidisturbios de la Unidades de Intervención Policial (UIP) del Cuerpo Nacional de Policía heridos en esos incidentes registrados en las concentraciones.
Mientras que en el año 2011 fueron 120 los agentes heridos, la cifra en 2012 ascendió a cerca de 200. Algunos de ellos han sido heridos de carácter considerable como el policía que perdió de forma permanente un 30 por ciento de la visión en un ojo tras recibir una paliza de un grupo de radicales las protestas del 25S del año pasado frente al Congreso de los Diputados.
Este agente, jefe de grupo de la Brigada de Información de Madrid, se encontraba vestido de paisano entre los manifestantes. Fue en el momento en el que intentó detener a uno de los violentos que estaba incitando a los enfrentamientos contra la Policía cuando otro grupo se percató de su verdadera identidad y le propinaron una paliza.