La
Universidad de Sevilla (US) ha diseñado un
curso académico 2020/2021
con la “máxima presencialidad”. Tras la adaptación sin anestesia de la actividad al modo telemático como consecuencia del
estado de alarma (“extraordinariamente bien organizada”, en palabras del rector Miguel Ángel Castro), la Universidad apuesta por la
impartición de docencia y prácticas de manera presencial con la “máxima seguridad”. “
No se alcanza la misma formación en una pantalla que mirándose cara a cara”, ha defendido Castro en la rueda de prensa donde ha desgranado las medidas y recomendaciones que se han adoptado.
Para garantizar que la docencia se imparte de manera física,
el alumno conocerá desde el momento en el que formaliza su matrícula los subgrupos a los que queda asignado en caso de que los turnos rotatorios obliguen a aforos de la clase del 50%, el 33% o el 25%, los tres
escenarios aprobados por el
Consejo de Gobierno de la Universidad el pasado mes de julio. A día de hoy 1 de octubre, hay
52.145 estudiantes matriculados en la Universidad de Sevilla.
Para que ese modelo de docencia híbrida funcione (con clases en el aula y online),
la Hispalense ha empezado a instalar 665 cámaras por todo el campus. “Estamos trabajando a destajo. Esperamos que en la primera semana del curso estén la mayoría de ellas instaladas”, se ha comprometido el rector.
La Universidad ha remitido a los centros la siguiente
recomendación: que la
primera semana de clases, que arrancan el próximo
lunes 5 de octubre, la
incorporación de los estudiantes sea “
escalonada”. Primero, para que se “familiaricen” con los espacios y, segundo, para que “comprendan las nuevas normas”. La experiencia de la Escuela Superior de Ingeniería, que ha empezado las clases una semana antes, ha sido el banco de pruebas del curso en la Universidad de Sevilla. Y el resultado da “confianza y serenidad”, ha reconocido el rector. El nivel de incidencias ha sido “bajísimo” y la presencialidad se ha garantizado con un 50% de aforos que pasará a ser del 100 por 100 en el caso de seminarios y laboratorios.
Para facilitar las
labores de rastreo en caso de que haya positivos o sospechas, la Hispalense propone
dos opciones a los centros:
o un registro en papel con los datos de dónde se sienta cada día el alumno (información que se mantendrá durante 21 días, momento a partir del cual se destruirá) o un código QR en cada una de las instalaciones, posibles gracias a aplicaciones informáticas.
Si hay algo que preocupa a los estudiantes son las
prácticas externas. El año pasado, la Universidad gestionó 12.000 y este curso confía en llegar a 11.000, una cifra “absolutamente positiva para los momentos que estamos viviendo”. Igualmente, en el caso de los
programas de movilidad, la Hispalense va a recibir a 886 estudiantes de Erasmus, que cursarán o todo el curso o el primer semestre. A esta cifra habría que sumar los del segundo semestre.
Durante el jueves y viernes de la semana pasada y lunes y martes de ésta, los profesores y personal de administración y servicios de la Universidad estaba citado para hacerse pruebas con las que garantizar si están o no limpios de coronavirus. De los
6.476 que se las han hecho,
sólo ha habido dos casos positivos por PCR. Un 2% de la plantilla está inmunizada.