El economista y jurista Manuel Conthe ha desmontado este viernes las “falacias” que predominan en el sistema político español dentro de la quinta edición del Foro Guadaliuris, organizado por la agrupación del mismo nombre que aglutina a 27 despachos de abogados de Sevilla en la búsqueda de la excelencia profesional.
Así, el que fuera expresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y exvicepresidente del Banco Mundial ha expuesto en la sala Antonio Machado de la Fundación Cajasol su “diccionario de falacias y lugares comunes en la política española, y cómo combatirlos, en el que se incluyen las principales seis falacias que son más frecuentes en el panorama político y que hay que superar y no caer en ellas”; y ha enumerado cada una: “la falacia del candidato más votado, la de la personificación del pueblo, la del fundamentalismo electoral, la de atribuir consecuencias políticas al término ‘nación’, la del fundamentalismo igualitario y la del menosprecio hacia los políticos”.
En este sentido, Contheha defendido que “el candidato de la lista más votada no tiene derecho automático a ser investido presidente, ya que en España se vota a diputados y no a presidentes, y el artículo 99 de la Constitución recoge que si fracasa la primera investidura entonces se tramitarán sucesivas propuestas”; y ha destacado que “en una segunda fase, el Rey podría delegar en el presidente del Congreso para que encuentre a cualquier candidato de cualquier lista que logre la mayoría para ser investido, y no se produzcan las situaciones de bloqueo actuales”.
Asimismo, Manuel Conthe ha asegurado que “es falso que el pueblo o los ciudadanos sea un sistema único y homogéneo, sino que la sociedad está estructurada por distintos grupos y cada uno defiende sus propios intereses”; y al hilo de esta “falacia” ha indicado que “las promesas electorales que implican una bajada de los impuestos o el aumento del gasto público se deberían considerar nulas, ya que en estos casos se exige la conformidad del Gobierno, según recoge la propia Constitución, por lo que habría que racionalizar el parlamentarismo e implantar algún mecanismo de control”.
Además, el economista y jurista ha resaltado que “el carácter electivo no es la única fuente de legitimidad para una institución”; y ha propuesto una defensa racional de la monarquía parlamentaria, “que está alejada de sectarismos, son árbitros independientes y neutrales, tienen mucha formación previa para acceder al cargo y en realidad no se parece en nada a las monarquías históricas, por lo que podríamos hablar deuna república coronada”.
En otra de las “falacias”, Manuel Conthe ha rechazado el término de ‘nación’ en el sentido jurídico y político, “ya que este es un concepto más psicológico y cultural, por lo que hay que desterrarlo del mundo político”; y ha incidido en que “no todas las instituciones y administraciones deben ser clones, como quieren las CCAA por ejemplo”, abogando por un “federalismo fiscal en el que las competencias recaigan en quien mejor sepa administrarlas”.
Por último, Conthe ha explicado que “la vocación política es cada vez más meritoria y que la figura del político es dificilísima y esencial, aunque deberían recibir más formación para cumplir mejor con los cometidos más especializados”.
Por su parte, el presidente de Guadaliuris, Eduardo Osborne, ha resaltado la labor de la agrupación “para alcanzar la excelencia profesional de los pequeños y medianos despachos frente a las grandes multinacionales”; y ha recordado “la importancia del Foro Guadaliuris, que cada año ofrece la oportunidad de escuchar y dialogar con las figuras más importantes del mundo jurídico y político”.