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Sevilla

Ruge León, sueña el Betis

El equipo verdiblanco se mete en semifinales tras superar, ya en la prórroga, a un correoso Espanyol con goles del marginado delantero, Lo Celso y Mandi

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  • El club verdiblanco mantiene viva su ilusión por llegar a la final, que se jugará en Heliópolis

Ruge León y sueña el Betis, que se acerca un poco más a una noche idílica: disputar una final de Copa en su Villamarín, recién elegido para ello, en su casa, 14 años después de aquella maravillosa velada en el Calderón.

Pese a no andar muy católico, lo probable era que el equipo de Setién despachase al Espanyol, que está aún peor. Vale. Lo increíble fue cómo lo hizo: subido a los hombros de Sergio León, de quien el entrenador ha renegado definitivamente. Fue la dulce venganza del delantero, quien más necesitaba una noche así para esquivar la depresión. Y para darle un buen guantazo sin manos a su tozudo entrenador.

El Betis selló su pase a semifinales con angustia, marca de la casa, tras otro día viéndose incapaz de subir de la segunda marcha cuando conduce sus ataques. Una insoportable levedad en la que se siguen viendo signos preocupantes. Ya ni siquiera la posesión transcurre rápida, con el suficiente compás como para poder esperar, en algún momento, algún cambio de ritmo, alguna emoción. Parece como si el mismo Betis hubiera perdido la fe en aquello en lo que venía creyendo.

Las últimas veces que el equipo ha sabido hacer daño ciertamente había sido a contraestilo, recurriendo a aquello de lo que reniega Setién. Al fútbol de abajo a arriba, sin pamplinas, sin modorra. Basta recordar cómo sangraron Girona o el mismo Espanyol en el combate de ida.

Esta vez, durante mucho tiempo, ni lo uno ni lo otro. El asunto de los delanteros, de no corregirse, va camino de condenar a Setién por homicidio imprudente. Su empecinamiento en el intermitente Loren y sus repetidos feos a Sergio León, ignorado, ya apenas encuentran adeptos. El segundo, máximo goleador el año pasado, no cuenta en éste. A ver ahora, después de este golpe en la mesa.

El otro día, Garitano, entrenador del Athletic, desnudó a su colega bético con una frase: “El Betis de Setién tiene mucho la pelota, pero sin peligro”. Efectivamente, jugarle a los verdiblancos se ha convertido en un sencillo trabajo de contención y paciencia. Así trabajó el Espanyol, tranquilo, relajado.

Baptistao hizo cundir el pánico en el Villamarín, que había empezado a llorar a su Betis y a su sueño de acogerle en la final... hasta que Lo Celso, delicioso, amarró la prórroga. Ya sólo quedaba conocer al héroe de la noche: el más insospechado.

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