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Sevilla

El destino final del paso de Las Aguas, que hizo inmortal al Arco del Postigo

En 1999, un costalero de la Hermandad de Las Aguas de Sevilla, Juan Carlos Montes, falleció llevando un paso que, con el tiempo dejó de salir, aunque su destino cofrade lo ha llevado a Dos Hermanas, donde los costaleros de Tres Caídas saben ahora que portan unas trabajaderas históricas

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  • El paso -

En 1999, un costalero de la Hermandad de Las Aguas de Sevilla, Juan Carlos Montes, falleció llevando un paso que, con el tiempo dejó de salir, aunque su destino cofrade lo ha llevado a Dos Hermanas, donde los costaleros de Tres Caídas saben ahora que portan unas trabajaderas históricas.

Un relato que nace la noche del Lunes Santo de 1999, cuando Montes se desvanecía a la 1:15 de la madrugada, y fallecía dos horas después en el Hospital Virgen del Rocío, cuando trasladaba al Cristo de las Aguas su capilla de Nuestra Señora del Rosario en la calle Dos de Mayo, en el barrio del Arenal sevillano.

Murió junto al Arco del Postigo, y con el paso del tiempo, el paso que llevaba a sus hombros ha terminado en la hermandad de Las Tres Caídas de Dos Hermanas (Sevilla), una agrupación parroquial cuyos costaleros han sabido, entre la sorpresa y la admiración, que cargan la misma madera en la que su compañero falleció 17 años atrás.

El único precedente conocido de un suceso similar ocurrió en 1987, con la muerte del costalero José Portales mientras iba bajo el paso de San Bernardo, de ahí que para los cofrades tenga una simbología especial que ese paso siga saliendo en procesión, ahora en Dos Hermanas.

Marcos Oliva, vicepresidente de la Hermandad, explica a Efe que el paso fue adquirido el 15 de septiembre de 2011, "fruto de la providencia, porque nos enteramos de que lo podíamos comprar, lo intentamos y lo conseguimos".

El contrato estableció la entrega de la parihuela, respiraderos y canasto del antiguo paso de misterio, y el paso viajó a la localidad nazarena, aunque antes había salido en mayo de 2010 en la Procesión Extraordinaria que celebró el Colegio 'Cristo Rey' de Sevilla trasladando a su imagen titular a la Catedral de Sevilla.

Cerrada la venta, viajó a Dos Hermanas este paso, realizado en 1929 por Guillermo Muñiz, con maniguetas y crestería por Manuel García, que hace que "se ponga el vello de punta, al saber que es el mismo de aquel Lunes Santo de 1999", como dice a Efe Gustavo Gaitán, uno de los costaleros de ese paso, que saldrá a las calles de Dos Hermanas en la jornada del Sábado Santo.

"Yo voy en segunda, y su trabajadera era la de atrás, la tercera, y el otro día me enteré de ese detalle, ya que yo sabía de esa muerte, pero no había reparado en el detalle de llevar la misma trabajadera, y se me pusieron los pelos de punta", explica gráficamente, y destaca la importancia que tiene para esta cofradía salir a la calle, porque es "una hermandad que lleva cuatro años saliendo, una hermandad nueva y sin recursos".

Gaitán recuerda que Montes era "corriente cuarta trabajadera", y lo detalla así: "Una trabajadera se divide en cinco costaleros: dos costeros, derecho e izquierdo, dos fijadores, derecho e izquierdo, que van pegados a los costeros y un corriente que va en el centro de los cinco, pues este chaval iba de corriente en la cuarta".

Para los costaleros de Tres Caídas de Dos Hermanas es un orgullo sacar el paso de Montes, porque son conscientes del enorme sacrificio personal y físico que supone sacar un paso a la calle, de modo que ese "escalofrío" que sienten es más por orgullo y responsabilidad que por otra cosa.

Por eso, su salida del Sábado Santo volverá a ser un homenaje a aquel camarero de 36 años que una noche se dejó la vida bajo el paso que llevaba 20 años sacando, en una cuadrilla de costaleros que él fundó, y en cuyo recuerdo se erigió una placa que le recuerda siempre que alguien se para a leer su dedicatoria en el arco sevillano del Postigo

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