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Sevilla

La juez imputa a un enfermero que atendió en el Virgen del Rocío al polaco fallecido en el albergue

La juez ha citado a declarar al enfermero imputado el próximo 13 de enero. En esta causa, además, hay imputados tres médicos del Hospital Virgen del Rocío

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La juez de Instrucción número 5 de Sevilla ha imputado a un enfermero del Hospital Virgen del Rocío que atendió a Piotr Piskozub, el joven polaco que falleció el día 2 de octubre de 2013 en el centro de acogida municipal después de haber sido dado de alta en el referido centro hospitalario.

   En este sentido, fuentes del caso han informado a Europa Press de que la juez instructora ha dictado una resolución en la que imputa al enfermero que atendió al polaco en la Sala de Triaje del hospital y lo cita a declarar el próximo día 13 de enero de 2015 a partir de las 12,00 horas.

   Asimismo, y según las fuentes consultadas por Europa Press, la juez ha citado a declarar el día 25 de febrero a tres testigos, como son dos policías locales que recogieron al joven polaco en la calle y lo llevaron al Virgen del Rocío y un trabajador social que recogió al fallecido en el centro hospitalario para trasladarlo al albergue municipal.

   En esta causa, la instructora mantiene imputadas a otras tres personas, en concreto tres médicos del Hospital Virgen del Rocío que comparecieron ante la magistrada durante los pasados meses de noviembre y diciembre.

   Así, el pasado 9 de diciembre compareció ante la juez el médico interno residente de segundo año en medicina interna que atendió en el servicio de Urgencias a Piotr Piskozub, quien aseguró que no apreció "ningún síntoma ni signo" en el paciente para dejarlo hospitalizado, por lo que le dio el alta médica.
LAS DECLARACIONES DE LOS TRES MÉDICOS IMPUTADOS

   El facultativo declaró que "no advirtió ningún síntoma ni signo" más allá del deterioro físico que presentaba y añadió que el fallecido le dijo que únicamente quería un sitio dónde poder dormir y comer, por lo que, una vez descartó que "tuviera nada", el imputado "hizo todo lo posible" para tratar de ayudarlo y conseguirle alojamiento y comida.

   El imputado, asimismo, indicó en su comparecencia que el joven polaco le dijo que era alcohólico y que no comía y añadió que, al darle el alta --firmada por el propio médico imputado--, Piotr "le dio las gracias por ayudarlo".

   El pasado mes de noviembre ya declararon ante la juez las otras dos médicas imputadas en la causa, quienes aseguraron que no participaron en el tratamiento ni en el diagnóstico realizado al joven polaco, así como que tampoco le practicaron ninguna prueba ni intervinieron en su exploración.
EL POLACO "SE QUERÍA" DEL HOSPITAL

   Las facultativas declararon que Piotr "se quería ir" del centro hospitalario y explicaron que su única intervención consistió en apoyar al médico residente, quien les preguntó cómo se derivaba a esta persona a los servicios sociales, por lo que intervinieron en el "diagnóstico social".

   La imputación de los tres médicos del Virgen del Rocío se produjo después de que los forenses concluyeran en un informe elevado al Juzgado que Piotr, que medía 1,85 centímetros y pesaba 45 kilogramos, no recibió en el centro hospitalario el tratamiento adecuado a la "desnutrición severa" y a la "delgadez extrema" que presentaba.

   El informe forense argumenta que lo "preceptivo" era la hospitalización de la víctima para "tratar de manera específica la malnutrición, corregir las carencias, suprimir las anomalías metabólicas e iniciar la alimentación", y, en segundo lugar, para "realizar las pruebas complementarias pertinentes para diagnosticar las posibles situaciones que puedan originar una malnutrición secundaria, ya que es esta la más frecuente en los adultos".

   El pasado mes de noviembre también declaró ante la juez, aunque en calidad de testigo, el coordinador de la Unidad de Urgencias del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, quien aseveró que la atención dispensada al fallecido fue "exquisita" y que ratificó el informe que elevó en su día al Juzgado.
"PROBLEMA DE ÁMBITO SOCIAL"

   En este informe, consultado por Europa Press, el coordinador de Urgencias relató que el joven polaco ingresó a las 00,29 horas y "fue inmediatamente valorado" en la Sala de Triaje por el profesional de enfermería asignado, quien, como es habitual, lo interrogó sobre el motivo de su consulta y las molestias que tuviera.

   No obstante, y según el centro hospitalario, el facultativo "no obtuvo ninguna demanda asistencial, sino quejas vagas respecto del abandono sufrido por su grupo de amigos", de manera que "en esas condiciones" el profesional "identificó el motivo de consulta como probable problemática social", asignando al paciente a una consulta donde se encontraba de guardia el facultativo interno residente de segundo año en medicina interna.

   Este exploró al joven polaco, que "se encontraba consciente y orientado en espacio, tiempo y lugar" y que indicó al facultativo "su nombre, procedencia y que vivía en la calle, que no ingería alimentos y que bebía alcohol", pero "no expresó sintomatología alguna que orientara a problema orgánico", pues "lo único que refería es que deseaba comer y dormir bajo techo".

   A ello se suma que "presentaba aceptable estado general, estaba consciente, orientado y colaborador, sin fiebre", mientras que sólo presentaba una herida superficial en la rodilla izquierda, aunque dijo que ésta "no le suponía problema y que no experimentaba dolor".

SÓLO UNA HERIDA EN LA RODILLA

   "En esas condiciones, dado que el paciente no tenía queja somática alguna, ni presentaba signos de proceso en curso que requiriera atención urgente, y estando plenamente convencido que su problema fundamental era social", el facultativo consultó con dos médicos adjuntos del servicio de Urgencias "para solicitar asesoramiento sobre los recursos sociales a ofertar a esta persona y el manejo de la herida apreciada en su rodilla izquierda, a pesar de que no se quejaba de ella".

   Los médicos adjuntos "tuvieron oportunidad de hablar" con el joven "y conocer de sus manifestaciones en el sentido de no requerir atención médica", y de hecho "al tratar de inspeccionar la herida de la rodilla", el paciente "se enfadó insistiendo en que no tenía problemas con esa lesión y que sólo requería alimentos y cobijo".

   En relación a su estado físico, todos los profesionales sanitarios que intervinieron "manifiestan que estaba delgado, pero no caquéctico, con peso apreciable superior a los 30 kilos", por lo que "se concluyó que se trataba de un problema de ámbito social y que lo más acertado en ese momento era, siguiendo el protocolo establecido, ponerse en contacto" con la Unidad Municipal de Emergencias Sociales y Exclusión Social (Umies).

EL ALTA

   Posteriormente, el joven polaco se trasladó a la sala de espera y, más tarde, fue trasladado por personal de Umies al centro de atención municipal, pues "no precisaba de transporte sanitario, ya que deambulaba sin dificultad", siendo dado de alta a las 2,06 horas del 2 de octubre.
 

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