La situación era, cuanto menos, tensa en el
Real Betis justo al inicio del parón de selecciones. Los de
Manuel Pellegrini sumaban dos derrotas consecutivas ante
Legia de Varsovia y
Sevilla que sentaron como un jarro de agua fría. Si a esto sumamos que durante la ventana internacional se confirmó la
baja de Giovani
Lo Celso, las opciones de ser el primer equipo en derrotar a
Osasuna en Pamplona parecían mínimas.
Sin embargo, el conjunto verdiblanco tiró de hombría para conseguir una
victoria que sabe a gloria tras el rosario de amargura de las últimas semanas. Ahora, tras superar lo que parecía una dependencia en el futbolista argentino gracias a los goles de
Vitor Roque y
Chimy Ávila, los de Pellegrini tienen la opción de dar un golpe encima de la mesa en Conference League.
Lo que parecía una bola de partido en
El Sadar se ha salvado, cuando las críticas apuntaban cada vez más ferozmente hacia Manuel Pellegrini. Ahora, la visita del
Copenhague debe servir para alejar los fantasmas europeos que se ciernen de forma histórica sobre la corona del Betis.
El choque en Varsovia era, sin duda, el más complicado de los encuentros
UEFA del combinado heliopolitano, que ahora tiene en su mano cinco oportunidades para avanzar a la siguiente ronda y demostrar por qué es uno de los tres equipos con más papeletas para levantar el entorchado.
Semana intensa para demostrar que, aún sin sus jugadores más importantes,
este Betis también es capaz de plantar cara a todo el mundo.