Mirando de frente el edificio del Ayuntamiento de San Fernando se pueden ver, de izquierda a derecha en la primera planta, la ventana del despacho del alcalde la primera, luego la de la Sala Isabelina, después las del salón de Plenos y por último a la derecha las de la Biblioteca Lobo.
Tanto a la derecha como a la izquierda hay ventanales en malas condiciones, pero es precisamente en la segunda por la izquierda según se mira, la de la Sala Isabelina, la que está en peores condiciones, con los cristales partidos y la luz, el viento y las palomas entrando como perico por su casa.
Podría decirse que allí no hay nada que pueda estropearse más de lo que ya lo está, pero no es cierto. Precisamente la Sala Isabelina está decorada con unos frescos que tienen varios siglos, por lo que todo lo que no sea conservarlos es degradarlos al paso de los años. Y las condiciones en las que están, dándole el viento y haciendo estragos las palomas no son las más idóneas.
Parafraseando a Gila, en San Fernando "hay gente inteligente, como es el alcalde, el boticario, el maestro escuela..." pero ninguno se ha dado cuenta de lo que puede estar ocurriendo en el exterior. Con el Benito no hay que contar porque te puede decir que lo ha roto él o que "ya está previsto cerrarlo".