Contando con el incivismo de la gente, que es una obviedad, la fuente de la Plaza de la Iglesia no está sucia sólo porque aparecen vertidos de latas de refrescos, envases de golosinas y papeles de todo tipo.
Está sucia porque a tenor del color del agua, del verdín acumulado y de las marcas que va dejando el agua putrefacta en las paredes, hace meses que no se limpia.
Las fotografías son de la tarde este miércoles, justo poco tiempo antes de que comiencen a desarrollarse en esa zona actos lúdicos de la programación veraniega, pero cuando ya son cientos de personas las que tienen que soportar los malos olores o que los niños metan las manos en el agua para luego metérselas… en la boca, como hacen los niños.
No es la primera vez que se denuncia el estado de suciedad y sobre todo, la dejadez de la Delegación de Limpieza. Eso es algo que está a la orden del día por todos los rincones de La Isla, pero teniendo en cuenta que se trata de el centro neurálgico de la ciudad, no estaría que más que se limpiara para que los padres de la Constitución de 1812 pudieran respirar aire puro.
Aunque fuera algo así como esconder la basura debajo de la alfombra, porque tener el centro razonablemente limpio no va a evitar el espectáculo que se da por la mayor parte de los rincones de la ciudad. Pero algo es algo.