Adrián Cabeza es otro de los jóvenes talentos isleños que trata de abrirse paso poco a poco en el difícil mundo de la música. Su primer single ¡Vaya lío! lleva tiempo sonando en las redes sociales con una magnífica aceptación y acaba de terminar de grabar su primer videoclip. El siguiente paso es poner su disco en el mercado, algo que espera que sea una realidad para finales de este mismo año.
—Tiene usted 26 años y es candidato a artista con todo lo que ello conlleva, sobre todo que alguien se fije en usted y que le eche una mano.
—Estoy haciendo todo lo posible para intentar abrirme un hueco en este mundo tan difícil como es el flamenco. Estoy apostando por mi mismo.
—Tiene ya un single grabado.
—Es cierto, lo hemos puesto en venta en la tienda de Playstore y se puede descargar por ahí porque hay que subirse al carro de las nuevas tecnologías. Es la única manera de salir adelante con este proyecto que tengo en mente.
—Y todo el que se lo descargue tiene que saber que le está ayudando a...
—..., a construir lo que quiero, que es intentar grabar un disco e intentar abrirme un hueco en el mundo de la música.
—Porque usted tiene claro que quiere grabar ya un disco en condiciones.
—Ahora ya está todo un poco más moderno y le llamamos cd a una cosa que grabamos nosotros con nuestro corazón y con nuestro empeño. Yo al menos así me lo tomo, sabiendo que puede sentar bien y que puede dar resultados.
—El disco lo quiere grabar en el mes de agosto.
—En el mes de agosto queremos meternos en el estudio que desde aquí le mando un saludo muy fuerte a Antonio Carrillo que es el que está haciendo posible todo esto y el que ha estado ahí desde siempre. Es en su estudio en el que vamos a grabar.
—Ahora mismo se está en un mundo muy competitivo, pero en el mundo de la música para grabar un disco parece más sencillo, ya que antes había muy pocos estudios de grabación y tampoco era fácil distribuirlo. Ahora son muchos los que tienen estudios y está la opción de internet.
—Ahora lo que hace falta es tener la disposición del dinero y poder distribuirlo, moverlo. Con un sello discográfico ya puedes distribuirlo por grandes superficies como El Corte Inglés. Lo que hace falta es tener dinero para la grabación.
—Para el que no le conozca, ¿cuál es su estilo?
—Yo canto flamenco cuando hay que cantar flamenco y canto flamenquito cuando hay que cantar flamenquito, en el sentido de que hoy la vida está muy moderna y a cualquier lado que vas lo que te piden es flamenquito, algo alegre. También se canta seguidilla y soleás, pero cada vez se tira menos para lo hondo. La vida tal y como está hoy te obliga a que te modernices, pero nunca se deja atrás lo puro.
—Efectivamente, soy de los que piensa que una persona que pueda cantar por seguiriya y soleá luego puede cantar lo que quiera, algo que al revés es más difícil.
—Y también depende del flamenco, porque como sea muy cerrado es complicado. Yo conozco a personas que están metidas en el flamenco y de ahí no salen. A mi me encanta escuchar una seguidilla o una soleá, a gente como Marchena o Panseco, pero eso al público de hoy en día no le llega.
—¿Quién le está componiendo los temas?
—Los estoy componiendo yo con ayuda de Antonio Carrillo. Estamos ahí plasmando poco a poco lo que tenemos pensado.
—¿Y qué es lo que tienen pensado? ¿Se puede decir?
—De momento lo que tenemos pensado es meternos en agosto en el estudio y ya sobre la marcha decidir por dónde tirar, aunque yo ya tengo temas hechos por mí. Pretendo hacer la mejor selección.
—Le va costar el dinero. —Sé que dinero me va costar, pero también sé que saldrá por el interés que yo tengo, porque nadie va a venir a ponerme el dinero.
—Usted es de la quinta de Fran Ocaña que también tuvo que poner el dinero. Están ustedes como los novilleros que tienen que pagarse los novillos si quieren torear.
—La verdad es que sí. El también tuvo que poner su dinero, él lo tenía y yo no le tengo, pero también ha llevado a cabo un buen proyecto, ya que fue a Sevilla a Morón a grabar y partir de ahí ha tenido suerte de que le han visto y han apostado por él. Yo desde aquí le mando un fuerte abrazo y le deseo lo mejor del mundo porque se lo merece. Es una joven promesa de La Isla y ahí que apoyar a lo que tenemos aquí.
—Trabajar en este mundo es difícil y vivir de él, más.
—Es complicado, sobre todo vivir de él porque hay que tener cuidado de con quién te juntas o quién no. Pero vamos la experiencia se va cogiendo con los palos que te van dando. Hay que andar con pies de plomo.
—¿Cuántos vivos le han llegado prometiéndole el oro y el moro, pagando usted por supuesto?
—Algunos ha habido, aunque tampoco demasiados. Han venido a intentar a ofrecerme proyectos pero luego vas a tu casa empieces a darle vueltas al coco y te das cuenta de algo está fallando. Nadie da duros a cuatros pesetas.
—¿Es difícil actuar hoy en día en directo y cobrando?
—Ya no depende del artista, sino también de los músicos que lleves. Hoy día se canta, pero también se hace música y depende mucho de los músicos que lleves a tu alrededor porque la banda es la que lleva al grupo.
—¿Pero por aquí hay salas para actuar?
—Por aquí hay salas, pero son poquitas las que se atreven a dar flamenco.
—Y el flamenco de las peñas, ¿lo visita usted?
—Ahora mismo estoy más metido en lo que yo quiero y componiendo para mí. No es que no vaya a las peñas, pero antes sí que me acercaba más por la Peña de El Chato para escuchar a los cantaores antiguos, porque todavía allí dan clases de flamenco, cajón, guitarra con gente como Pedrín García o Aguilar de Vejer. La verdad es que hace tiempo, pero siempre me ha gustado ir a escuchar a los maestros.
—¿Y no echan de menos ustedes en San Fernando un apoyo institucional, al menos a nivel de promoción.
—En La Isla se echan de menos tantas cosas. No hay demasiada ayuda para los jóvenes que venimos de atrás, e incluso para los que ya están todavía hay mucho más apoyo que para los que tratamos de abrirnos un hueco. También los tiempos que corren no son demasiado buenos.
—Por último, ¿para cuándo el disco?
—La intención es que esté para Navidades y la gente puede regalar un disco de Adrián Cabeza.
