El tallista Manuel Guzmán Fernández ha desmontado en la tarde de este primero de octubre, el canasto del paso de misterio de la hermandad de las Tres Caídas para proceder a la talla de las esquinas, en lo que será uno de los estrenos de la cofradía para el próximo Jueves Santo.
Tras las tareas para desensamblar el canasto lateral y delantero, para tomarlo como modelos a la hora de crear las cuatro esquinas del paso. Según manifestó el reconocido tallista, hijo del maestro Manuel Gumán Bejarano, las esquinas del paso variarán conforme al boceto original, ya que el boceto estaba realizado según las medidas de la puerta de la iglesia de la Sagrada Familia. Ahora, teniendo en cuenta la nueva puerta, se hará una esquina para aportar un efecto en ensanche del paso. Una medida más económica y menos traumática que ensanchar la canastilla del mismo.
Después de cuatro años luciendo sólo la madera desnuda, la junta de gobierno de las Tres Caídas afronta la primera talla de un gran proyecto. Las esquinas del paso variarán y serán mayores, de forma que las imágenes de los evangelistas irán a la altura del listón superior del canasto e insertados en los candelabros de luz.
La voluptuosidad de las esquinas será algo que destaque en el paso, y así lo desea el tallista, de forma que el público isleño pueda apreciar el trabajo de la talla y las dimensiones que ofrecerá el paso en la calle.
"No he levantado la gubia de la talla por la crisis"
Cuestionado sobre los nuevos proyectos de hermandades de la diócesis encargando proyectos a tallistas de la provincia, en lugar de hacerlo como tradicionalmente se venía haciendo en Sevilla, Manuel Guzmán resaltó la calidad de los trabajos de su taller y el prestigio del mismo. "Yo sólo digo una cosa, coged el dibujo del Prendimiento de aquí, y coged el dibujo del Prendimiento de Cádiz. Yo sólo digo una cosa, y cuand estén hechos después, ponéis el paso del Prendimiento de Cádiz al lado del Prendimiento de San Fernando, y no tendrán nada que ver."
Guzmán informó de los difíciles momentos que viven algunos talleres de renombrados orfebres por la crisis económica, lo que supone un indicativo de los efectos de la crisis económica. De hecho, aseguró que "estamos al mínimo, cobrando lo mínimo que podemos cobrar, en incluso menos de lo que vale la obra, por subsistir, por mantener el taller abierto y los precios son justos para que nos salgan las cuentas y como no salgan las cuentas, le tenemos que echar más trabajo y ponerlo de casa, como he estado haciendo hasta ahora. Veréis con el paso del Prendimiento que no me he cortado un pelo a la hora de hacer las cartelas, ni de hacer los adornos. Yo no he levantado la gubia de la talla que tengo que hacer. Cuando pase la crisis, a mí nadie me va a echar en cara que he levantado la mano a mis trabajos. Mejor prefiero no hacerlo. Ya llega el momento en que los dineros no son suficiente para hacer el trabajo, prefiero no hacerlo, a hacer una cosa mala", sentenció.
Guzmán destacó que "el taller lleva muchos años de sacrificio para mantenerlo a la altura que está". "Da igual que el trabajo sea para Sevilla o para San Fernando, lo voy a hacer lo mejor que pueda. Si veís el retablo de las Tres Caídas o el paso de San Gonzalo, y ven en San Fernando el paso del Medinaceli o las mismas esquinas de Servitas, o el del Prendimiento como va, ustedes dirán si le estamos levantando o no la mano a los trabajos". añadió.
El reconocido tallista sevillano habló también de las terminaciones de la talla y de cómo los doradores también agradecen sus trabajos, hasta el punto de que dorar un paso de Guzmán sale más barato que otros. La clave que quería dar a entender Manuel Guzmán es que los doradores tienen que tapar mucho y tienen más trabajo con tallas donde hay imperfecciones o acabados irregulares.
El tallista sevillano y el hermano mayor de las Tres Caídas firmaron el contrato para la realización de las esquinas. Francisco José Fernández Conde, hermano mayor, se mostró ilusionado con esta primera talla para el paso de su titular.