Ya pasó. Dos semanas de cabezas colgadas de lo más alto de las farolas, banderolas que cruzaban las calles de un lado a otro y panfletos en los coches, en las tiendas y en los buzones con votos de las diferentes candidaturas. Se acabaron las elecciones y me van a permitir la osadía de valorar los resultados.
Se vuelve a comprobar que las siglas políticas no son tan relevantes en unas municipales como la imagen que proyectan los cabezas de lista. Y también es bastante patente que, aunque nuestro término municipal es cada día más grande, no lo es tanto como para que concurran a unos comicios municipales hasta ocho partidos políticos diferentes, porque al final no caben todos en el Pleno Municipal. Vox o IU presentaron candidatos pocos conocidos, a lo que se une que son dos agrupaciones que tienen unos votantes fieles pero no mayoritarios, quedando fuera de la composición del Pleno barbateño, al igual que Ahora Barbate que también se quedó sin representantes, tal vez víctima de esa proliferación de agrupaciones a estas elecciones y teniendo un rival con un candidato muy conocido y querido en nuestra localidad como el de Siempre Barbate, que aglutinó el voto de aquellos que quisieron escapar de las grandes maquinarias mediáticas de la política.
Entramos en harina, primero con el Partido Popular, una agrupación que definitivamente no tiene demasiado arraigo en un pueblo marinero y de trabajadores como Barbate, cuando ha estado despuntando en todos los sitios aquí sólo se ha quedado con 4 concejales, que, sin embargo, van a tener una relevancia fundamental de cara a formar el nuevo Gobierno, y, por lo tanto, en cambiar la percepción de nuestro pueblo hacia el partido de la gaviota. El PSOE, apostó fuerte, por una candidatura lleno de socialistas y de independientes que venían de AxSí, PP, PODEMOS y hasta de VOX. Tal vez demasiados ingredientes para generar confianza en el electorado, que, a pesar de todo, volvió a depositar su confianza en el socialismo amparados en la imagen de su candidato, quien fuera número dos del actual alcalde y responsable de parte del cambio que ha tenido nuestro pueblo en los últimos años.
Finalmente, AxSí, con una lista renovada, pero manteniendo como candidato al actual alcalde y sus primeros espadas. Es necesario hacer un análisis interno profundo, pues los resultados no han sido buenos, a pesar de ser la agrupación más votada. Miguel Molina tiene una oportunidad de oro de enmendar los errores de esta legislatura, la que decían sería la más plácida por tener 17 concejales. En últimos cuatro años, ha tenido que bregar con dos años de COVID, el aumento de precios de materiales de obra derivados de una guerra en Europa, la enfermedad ha azotado como nunca al equipo de Gobierno llevándose a mi gran amiga Pepi para siempre y teniendo que afrontar como parte de su equipo abandonaron el barco, de una manera poco convencional. A pesar de todo, es innegable el trabajo desde la formación andalucista y el pueblo de Barbate le ha dado una nueva oportunidad de culminar un sinfín de proyectos iniciados y no concluidos.
Ahora toca formar gobierno, parece que la coalición es clara y seguramente la que necesite este pueblo, pero todo va a depender como siempre, no de las siglas ni los colores, sino de las personas, y esperemos que por una vez le devuelvan al pueblo de Barbate lo que el pueblo de Barbate lleva décadas dando a Andalucía, España y Europa. Aparquen de una vez el odio visceral que se sigue viendo en algunos, y empecemos a trabajar por el pueblo olvidando de una vez, nombres, intereses personales y partidistas.