Hace 17 años cuatro desaprensivos cambiaron de golpe y porrazo la rutina de Antonia Castro, madre “coraje” donde las haya, tras asesinar a sangre fría a su hijo Juan Holgado en la gasolinera a la que este brutal crimen ha dado nombre. Aquella madrugada del 22 de noviembre de 1995, el joven hacía el turno de noche en el surtidor de la calle Martín Ferrador, donde hizo su última caja a las 4,02 horas. Después, 30 cuchilladas, una de ellas con un arma con una hoja de al menos 18 centímetro de longitud, acabaron con su vida de manera trágica en un suceso que conmocionó a todo Jerez y que dio la vuelta al país.
Sin embargo, casi dos décadas después, este crimen sigue impune y su familia, con su madre al frente, cada día se encarga de reprochar que a estas alturas siga sin hacerse justicia. Antonia Castro tiene 65 años, y desde hace 17 va a diario al cementerio de Jerez “porque lo que tengo allí es lo más grande que me quitaron”. Su vida transcurre entre sus visitas al camposanto y su incansable lucha para que el caso de su hijo se reabra, asistiendo a manifestaciones y actos públicos para que nadie se olvide Juan.
Este jueves, acompañada por el secretario local del PA, Santiago Casal, familiares y amigos, entre los que se encontraba la vicepresidenta de SOS Bebés Robados, Luisa Fernanda Terrazas, Castro volvió a recordar a su hijo en una concentración a las puertas de los juzgados de Tomás García Figueras, en la que también cortaron el tráfico. Su prioridad es y seguirá siendo que se encarcele a los culpables después de que los cuatro acusados salieran absueltos en el juicio por considerar que no existían pruebas de cargos suficientes. Le pido a la sociedad jerezana un último esfuerzo. “Voy a seguir adelante porque mi hijo se merecía todo lo que yo estoy haciendo”, dijo emocionada. Cuando me ven así me dicen que he perdido la cabeza. Pero si la hubiera perdido no estaría aquí ahora mismo”, concluyó.