Paco Pardo es uno de los doradores más importantes en la actualidad, con trabajos importantes a sus espaldas que lo atesoran como un gran dorador. En sus manos está el paso de misterio del Cristo de la Sangre de la Hermandad de San Benito, con el que hemos aprendido algunos entresijos del proceso de dorar.
Sobre el mismo, el dorador explica que lo más complejo es el "momento de colocar las láminas de oro porque es el que requiere la maestría y la experiencia del oficio y el rascado, el retallado, el volver a valorar la pieza una vez se han colocado los yesos"
Tras este proceso, llega el momento del resanado que es uno de los últimos momentos del dorado de una pieza. "Cuando se ha echado el resano, hay que volver a pasar de templa (cola con agua calentad al baño maría) para que el oro asiente en las zonas que van mate porque si no se asienta. se puede ir el oro incluso soplando. En las zonas que lleva brillo lo hacemos con la piedra de ágata que actúa como fijador", explica Paco Pardo sobre el proceso añadiendo que "una vez que termina esto, se realiza un segundo resano".
El artista concluye el proceso con "cositas inapreciables incluso cuando está el paso en la calle, pero son cuestiones en las que buscamos la perfección dentro de lo que permite el oficio"
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