Detrás del 80% de los suicidios -causa de cuatro de cada diez muertes violentas en Andalucía- hay una enfermedad mental y ésta multiplica por diez el riesgo, pero con un seguimiento adecuado muchos se podrían evitar, según explican a EFE desde la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de la Costa del Sol (AFESOL).
Para quienes trabajan en este campo, una manera de prevenir el suicidio es hablar abiertamente de ello, algo que aún cuesta porque durante años se ha considerado un tema tabú, pero en el Día Mundial de la Prevención del Suicidio entidades como AFESOL reclaman campañas de sensibilización similares a las de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Uno de los problemas a solucionar y en el que pone el acento la presidenta de esta entidad, Concha Cuevas, es que hasta el momento "en Andalucía el tema de las adicciones y la salud mental van (se atienden) separadas", señala, y sin embargo, "hay una relación muy cercana" entre ambas.
"No todas las personas que tienen problemas de salud mental tienen adicción a tóxicos y no todas las personas que tienen adicciones a tóxicos desarrollan una enfermedad mental", precisa, pero son muchos los casos en los que van de la mano.
TRAS UN BROTE PSICÓTICO, LOS CUIDADOS SON CLAVE
Actualmente el sistema sanitario dispone de Unidades de Agudos en las que, básicamente, tratan a pacientes con crisis como brotes psicóticos pero que, a su juicio, no son el lugar adecuado para quienes padecen también una adicción, pues para ellos es necesaria tanto la atención previa al ingreso como una "continuidad en los cuidados" a la salida.
En este punto reivindica la necesidad de contar con "centros adecuados -centros intermedios, dice- para tratar la llamada patología dual" y no dejar la responsabilidad del cuidado de estos pacientes a sus familias, algo que considera "perverso" porque no son profesionales y no saben cómo hacerlo.
Así, comenta, la ampliación de plazas en Agudos que se ha llevado a cabo en los últimos dos años "no vale absolutamente para nada porque (estas unidades) se están convirtiendo en una puerta giratoria", donde los enfermos "entran y salen" constantemente y carecen, en muchos casos, de seguimiento porque los equipos de salud mental están sobrepasados, lamenta.
Las asociaciones hacen lo que pueden pero no están mejor, apunta. Cada día hay más pacientes, sobre todo entre jóvenes y adolescentes, y menos personal, denuncia.
SIN SUBVENCIONES, ADIÓS AL PERSONAL
Además, en el caso de estas asociaciones -que no tienen concierto de plazas y que unos años reciben subvenciones y otros no- se encuentran con el problema añadido de que el curso que no reciben fondos suficientes tienen que "echar al personal" y prescindir de la tan necesaria continuidad.
La gravedad del problema es tal que el suicido es ya la tercera causa de muerte no natural en Andalucía y se ha convertido hoy en "uno de los mayores problemas de salud pública" de la comunidad, ha reconocido recientemente la propia consejera de Salud de la Junta, Catalina García.
Los datos muestran otro aspecto preocupante, indica Cuevas, y es que entre los pacientes de salud mental la probabilidad de intentos de suicidio se multiplica por diez e insiste, una vez más, en que una vez que salen de la Unidad de Agudos deberían pasar a “centros intermedios, donde poder atenderlos y poder seguir trabajando con ellos”.
Si se les forma y se les da la posibilidad de un trabajo, "estas personas pueden llegar a hacer una vida de lo más normal", recalca la presidenta de AFESOL.
LA TOMA DE CONCIENCIA DE LA ENFERMEDAD, UN MOMENTO CRÍTICO
Uno de los momentos más críticos y en el que han de estar más vigilantes los profesionales sanitarios para evitar que estos enfermos intenten quitarse la vida es "cuando empiezan a tener conciencia de lo que han padecido. Ahí es cuando se pierden", sentencia Cuevas.
En esto coincide con la psicóloga y terapeuta Carolina Fernández Mcnally, especialista en prevención y rehabilitación psicosocial de personas con enfermedad mental en centros penitenciarios.
A veces llegan a autolesionarse porque sufren un cuadro psicótico con alucinaciones y delirios, pero otras se produce a raíz de que el enfermo, ya en tratamiento y con la sintomatología en remisión, "toma conciencia de su enfermedad", comenta Fernández.
Para la especialista, el sistema está fallando principalmente porque faltan recursos. Son necesarios más profesionales por ratio, que los protocolos funcionen correctamente o que haya continuidad en el cuidado del enfermo que se ha intentado quitar la vida.
El apoyo a la familia también es fundamental porque cuando estas situaciones se producen, "el entorno familiar también sufre muchísimo y está muy perdido" ya que a veces se encuentran, incluso, con que alguien debe renunciar a su trabajo para cuidar al paciente.
Málaga
La enfermedad mental multiplica por diez el riesgo de suicidio
Detrás del 80% de los suicidios -causa de cuatro de cada diez muertes violentas en Andalucía- hay una enfermedad mental y ésta multiplica por diez el riesgo
Para quienes trabajan en este campo, una manera de prevenir el suicidio es hablar abiertamente de ello
Denuncian que cada día hay más pacientes, sobre todo entre jóvenes y adolescentes, y menos personal
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