El delantero uruguayo Darwin Núñez, que recaló en Europa en el verano de 2019 para enrolarse en la filas del Almería, entonces en la segunda categoría del fútbol nacional, fue una apuesta por un jugador con 20 años recién cumplidos que llegó del Peñarol de Montevideo y que con sus sucesivos traspasos, primero al Benfica portugués y ahora al Liverpool inglés, le ha dejado al club andaluz unos suculentos beneficios.
Darwin Núñez, que el 24 de este junio cumplirá 23 años, fue una de las primeras operaciones del Almería bajo la gestión del saudí Turki Al-Sheikh, quien por entonces se hizo con la propiedad de la entidad y que pagó por el delantero una cantidad que rondó los cinco millones de euros, cuantía recuperada y a la que se ha sumado una plusvalía que alcanza los veinticinco millones.
Las cifras, nunca anunciadas públicamente por el Almería, salvo cuando las transacciones y los clubes de origen o destino las han publicado, son de unos quince millones por el traspaso al Benfica mas otros diez que se han sumado al pasar de Lisboa a Liverpool, ya que el club español incluyó una cláusula para asegurarse una cantidad de un futuro pase del delantero a otro equipo.
A Darwin Núñez le costó adaptarse a la UD Almería sobre todo por problemas físicos y su debut se produjo, en la novena jornada del curso 2019-20, en estadio El Molinón ante el Sporting de Gijón -entró en el descanso y el Almería perdió 4-2-.
Dos jornadas después, hizo la primera de dieciséis dianas, de penalti frente al Extremadura, y no tardó en dar muestras de ser un jugador diferente, que buscó la banda izquierda para asociarse y ver puerta con el equipo rojiblanco.
Su fichaje por parte de la UD Almería se realizó por cerca de cinco millones de euros y el club se aseguró entonces la adquisición del 80 por ciento de la propiedad de su ficha, ya que el veinte por ciento restante se lo quedó su club de procedencia, un Peñarol en el debutó con 18 años y tras jugar el Mundial de Polonia sub-20, donde hizo dos goles en cuatro partidos.
Con la entidad almeriense llegó a disputar 32 partidos, de los que en treinta lo hizo desde el inicio, dando muestras de disponer de un futuro prometedor.
El verano de 2020 fue una demostración de ello y el Benfica llamó a la puerta para protagonizar el fichaje más caro en la historia del club lisboeta por una cantidad de 24 millones de euros, convirtiéndose además en la venta más cara realizada por la UD Almería.
Esa operación superó a los ocho millones que pagó la Fiorentina por el brasileño Felipe Melo en verano de 2008, cuando había llegado al Almería procedente del Racing de Santander por medio millón.
La venta al Benfica llevó esa cláusula en la que, en una futura venta, el Almería recibiría un viente por ciento de la plusvalía, es decir, del total de la transacción se descontarían los 24 millones que la entidad portuguesa pagó por su traspaso y de la diferencia se obtendría el veinte por ciento.
Este traspaso al Liverpool, que incluiría un tope máximo de beneficio para el Almería de diez millones, supone una suculenta cantidad para un equipo que vuelve a Primera División y que con ese montante económico podrá aumentar su límite salarial.
Toda una 'obra de ingeniería' de la entidad por ver el futuro en un jugador que entre 2017 y 2019 solo había jugado 22 partidos con el equipo aurinegro y que ahora ha llegado al Liverpool para las próximas seis temporadas por un importe inicial de 65 millones de libras (75 millones de euros) que podrían irse, con objetivos, hasta los 85 millones de libras (97 millones de euros).