Era el deseo de la mayoría, y se ha cumplido. Ahora lo que se precisa es que se cumplan otros deseos, cuales son los de ponerse manos a la obra y procurar, primero intentar salvar la categoría, y acto seguido caso de tener que tirar la toalla, tener un plan alternativo para que se pueda volver pronto a esta Primera División que apenas si se está pudiendo saborear. Pero leyendo entre líneas, me ha querido parecer que el desembarco del grupo argentino, no va a posibilitar una modificación ostensible en el aspecto que la mayoría pretende, y que no es otro que potenciar el plantel de jugadores con dos o tres refuerzos, para intentar desesperadamente quedarse en Primera. Parece ser que al Xerez lo que pueden venir, son chavales jóvenes en formación para conocer sus posibilidades y convertirlos, si tienen aptitudes, en jugadores “rentables”, pues una sociedad lo que pretende es obtener beneficios. Ahora, amparándonos en esa ley concursal que limita el desembolso para la adquisición de refuerzos, habrá una justificación para que no vengan los deseados y necesarios refuerzos, lo que sí vendrá será un nuevo entrenador, con su séquito de ayudantes, y esos miles de euros que la jueza ha permitido gastar, irán parar pagar a Ziganda y su equipo técnico, y contratar a los nuevos clientes del banquillo xerecista.
Era el deseo de la mayoría, y se ha cumplido. Ahora lo que se precisa es que se cumplan otros deseos, cuales son los de ponerse manos a la obra y procurar, primero intentar salvar la categoría, y acto seguido caso de tener que tirar la toalla, tener un plan alternativo para que se pueda volver pronto a esta Primera División que apenas si se está pudiendo saborear. Pero leyendo entre líneas, me ha querido parecer que el desembarco del grupo argentino, no va a posibilitar una modificación ostensible en el aspecto que la mayoría pretende, y que no es otro que potenciar el plantel de jugadores con dos o tres refuerzos, para intentar desesperadamente quedarse en Primera. Parece ser que al Xerez lo que pueden venir, son chavales jóvenes en formación para conocer sus posibilidades y convertirlos, si tienen aptitudes, en jugadores “rentables”, pues una sociedad lo que pretende es obtener beneficios. Ahora, amparándonos en esa ley concursal que limita el desembolso para la adquisición de refuerzos, habrá una justificación para que no vengan los deseados y necesarios refuerzos, lo que sí vendrá será un nuevo entrenador, con su séquito de ayudantes, y esos miles de euros que la jueza ha permitido gastar, irán parar pagar a Ziganda y su equipo técnico, y contratar a los nuevos clientes del banquillo xerecista.
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