Sentarse en el sofá a ver la televisión en los últimos dos años ha dejado de ser un acto placentero y de desconexión: Guerras, pandemias, catástrofes medioambientales, desapariciones, atentados … Seguramente, esto haya sido lo normal a lo largo de la historia, pero ¡Nunca antes habíamos tenido tanta información y tan inmediata sobre estos sucesos! Con la reciente tensión en Ucrania creciendo y a punto de estallar ¿Os habéis dado cuenta de que pueden volver coincidir en el tiempo una pandemia y un nuevo conflicto bélico?
Uno de los factores más importantes es que la reina parece estar a favor de la vacunación. Tal y como se anunció el pasado enero de 2021 la reina y su ahora difunto marido se habían vacunado contra el SARS-CoV-2Y digo volver porque, aunque parezca el guión de una película, esto ha sucedido muchas veces anteriormente. A los fallecimientos directos en el campo de batalla y las víctimas por infecciones causadas por microrganismos patógenos (virus, bacterias, protozoos, etc…) que normalmente son muy elevadas en las grandes guerras, hemos de sumar que el destino ha hecho que muchas de estas grandes guerras coincidieran en el tiempo con graves pandemias… hacer un recuento fiable del número total de víctimas es una tarea complicada.
Sin embargo, pese a todas las grandes catástrofes que han ocurrido en el mundo y en Europa en los últimos 100 años, una persona con una irreductible salud resiste, todavía y, como siempre ha hecho, a esta dura situación. Con 94 años, la reina Isabel II de Reino Unido sigue en pie y gobernando con mano firme el Reino Unido.
Análisis
En este artículo trataremos de analizar los posibles factores que han hecho que su majestad haya sobrevivido desde 1926, el año de su nacimiento, a guerras, pandemias, epidemias y otras catástrofes y siga fuerte en el trono británico, muy a pesar de su hijo Carlos, eterno pretendiente al trono.
Con solo 10 años vive su primera guerra: la revuelta árabe que estalla en Palestina en 1936. La rebelión en protesta por la inmigración judía duraría hasta 1939. En esta guerra murieron alrededor de 5262 personas y finalizó con la victoria de Reino Unido y sus aliados frente a los Palestinos. En medio de esta guerra Reino Unido sufre una epidemia de fiebre tifoidea que mató a 43 personas.
La siguiente guerra importante en la que se vio involucrada el imperio fue la Segunda Guerra Mundial. Este conflicto enfrentó de 1939 a 1945 a los ejércitos Aliados (Reino Unido, EEUU, la URSS y China) y a las potencias del eje (Alemania, Italia y Japón). Se proclamó vencedor el bando Aliado pero el coste fue muy alto: Más de 50 millones de muertes en ambos frentes. Curiosamente en 1942, en mitad de esta guerra, se dio una epidemia de peste bubónica en China que mató en un pueblecito y en solo dos meses a 392 de sus 1200 habitantes.
Tan solo un año después de acabar la Gran Guerra, Reino Unido participó en la Guerra Civil Griega que duró hasta 1949. La cifra de víctimas en este conflicto rondó las 140.000 y finalizó con la victoria del ejército británico que, gracias al apoyo estadounidense, derrotó a la Grecia comunista. Un año antes de que esta guerra acabe, surgió una epidemia de polio en EEUU que acabó con la vida de 9.000 personas.
Al mismo tiempo que estaban involucrados en la Guerra Civil Griega, los ingleses sufren otro conflicto conocido como ‘Emergencia Malaya’. Durante 12 años los británicos se enfrentan a la insurrección comunista en el territorio de las colonias británicas del Estrecho de Malaca. En 1960 y con cerca de 11000 víctimas son capaces finalmente de aplacar este conflicto. ¿Qué falta? ¿Una pandemia? En 1961 comienza la séptima pandemia de cólera que dura 14 años y por la cual fallecen entre 21 000 y 143 000 personas al año.
Nuevas guerras empañarían el reinado de su majestad: La guerra de Vietnam de 1946 (entre 3,8 y 5,7 millones de fallecidos) la guerra del Golfo en 1990 (unas 240.000 víctimas) la guerra de Irak en 2003 (más de 900.000 muertos) y otras en las que participó Reino Unido como la guerra de las Malvinas en 1982 (que provocó la muerte de 649 soldados argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños) y que acabaron ganaron. Y otras pandemias y epidemias como la epidemia de la gripe londinense de 1972-1973 que mató a 1.027 personas o la pandemia de gripe rusa de 1977-1979 que mató en torno a 700.000 personas.
En los últimos años, una de las pandemias más recientes de gripe A, la de 2009, mató a más de 284.000 enfermos. En 2015 una epidemia del virus del Zika a cerca de 4.030 personas. Y de la que estoy 100% segura que todos habéis oído hablar: la pandemia de la COVID-19. Presente en el mundo desde 2019 esta enfermedad ha causado ya la muerte a cerca de 5,6 millones de personas. Aunque nos sorprenda, esta no es la primera pandemia causada por un virus de esta misma familia. En 2002 otra pandemia de SARS-CoV se cobró 774 muertes.
Si hacemos un recuento aproximado de víctimas. Desde 1926 la reina Isabel II ha sobrevivido a catástrofes que le han costado la vida a más de 64.015.661 personas. Podemos asegurar sin miedo a equivocarnos que su majestad tiene una salud de hierro ¡God Save the Queen!
Factores
Debemos entonces analizar los posibles factores del por qué la reina Isabel II ha podido sobrevivir a tantas enfermedades que han asolado Reino Unido a lo largo de su vida.
El primer factor, sería la genética de la reina. Una genética privilegiada pues la Reina Madre (su madre y predecesora en el trono) vivió hasta la increíble edad de 101 años. Esta genética se ve reforzada con un buen sistema inmune. Las barreras naturales de su cuerpo como la piel, las mucosas, las lágrimas o la cera de los oídos impiden la entrada de los microorganismos patógenos. Si estas primeras barreras son superadas, las células de la respuesta inflamatoria: los fagocitos atacan y destruyen al invasor, eliminando el tejido muerto y dañado, e iniciando la reparación de la zona afectada. Si este mecanismo también falla, todo el ejército real de glóbulos blancos y anticuerpos se encarga de defender su organismo de amenazas externas. Visto lo poquito que enferma ¡Podemos decir que la reina tiene las defensas altas!
Un segundo factor es la prevención, es decir, las precauciones que ha tomado la reina a lo largo de su vida: No fuma, tampoco bebe en exceso y come sano para mantener la salud de su cuerpo y la de su sistema inmune. Además, el haber vivido varias pandemias y epidemias le ha hecho tener conciencia de la importancia de lavarse las manos adecuadamente; cubrirse la boca y nariz con un pañuelo y luego desecharlo al toser y estornudar o hacerlo e n el codo si no se tiene un pañuelo a mano. Finalmente, no tocarse con las manos sucias los ojos, la nariz y la boca para prevenir el contagio. Todas estas medidas han sido recomendadas actualmente para prevenir la COVID-19.
Otro factor que condiciona que la reina haya sobrevivido puede haber sido el azar. Aunque son muchas enfermedades que ha sufrido a su alrededor, la Reina ha tenido la suerte de no haber tenido contacto con muchos de los agentes patógenos que causaban estas enfermedades. Este hecho se ha visto favorecido por su estatus de reina que le permite estar continuamente aislada en su palacio sin ningún contacto con el pueblo.
Los avances médicos en el último siglo son un factor muy importante: El descubrimiento de la penicilina y el diseño de los antibióticos ha permitido combatir enfermedades bacterianas como la tuberculosis, la lepra o la peste.
La vacunación, factor clave
Sin embargo, uno de los factores más importantes es que la reina parece estar a favor de la vacunación. Tal y como se anunció el pasado enero de 2021 la reina y su ahora difunto marido se habían vacunado contra el SARS-CoV-2, virus causante de la pandemia que estamos viviendo actualmente. Esta no ha sido la única vez que la reina, tan reservada en estos asuntos, se ha mostrado a favor de la vacunación.
Durante la epidemia de polio en 1957 que asoló a Reino Unido y otros países, vacunó a sus hijos contra un virus que causó discapacidad física a 12.000 niños y mató a otros 2.000. De este modo, la reina dio ejemplo a la nación de la importancia de vacunar a sus hijos para ayudar a erradicar esta enfermedad. Mismo ejemplo que debemos seguir nosotros y exigir para toda la población mundial para de este modo poder solucionar la situación pandémica que estamos viviendo a día de hoy.