La adolescencia es el período de transición entre la niñez y la adultez. Es una etapa muy importante en la vida de una persona porque en ella tienen lugar grandes cambios: físicos, emocionales y sociales. Es una etapa en la que los adolescentes buscan su propia identidad y personalidad. Los miedos e inseguridades que aparecen en este camino pueden hacer que sean más vulnerables a problemas relacionados con la salud mental.
Algunas plataformas como Pinterest, Tumblr o el propio Instagram se han comenzado a sensibilizar con estos problemas y a vetar el contenido que hace apología de los TCAEl uso de las redes sociales como método de relación se ha colado con fuerza en esta etapa en los últimos años. Un estudio elaborado por la Universidad de Zaragoza entre jóvenes de 13 a 16 años muestra datos escalofriantes: Un 98% de los adolescentes en esa edad tiene un teléfono móvil y la mitad están al menos 4 horas al día conectados a una red social.
Si bien, las redes pueden ser una fuente potencial de innovación, creatividad y aprendizaje, su uso excesivo está generando un empeoramiento de la salud mental de los adolescentes en varios aspectos: Adicción, que provoca menos calidad del sueño y aislamiento de la realidad; ciberacoso y problemas de privacidad; excesiva fijación en su imagen personal (sobre todo la física) y mayor probabilidad de acabar sufriendo ansiedad y depresión con riesgo de acabar en autolesiones e ideas suicidas y, sobre todo, el acceso a información equivocada sobre aspectos muy importantes en sus vidas.
Trastorno de Conducta Alimentaria
Uno de los ejemplos sobre los que debemos poner el foco de atención es el incremento de los casos de TCA en adolescente derivados de la información errónea que reciben de las redes.
Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una fuerte preocupación en relación al peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros. Estos trastornos afectan en mayor medida las mujeres y la mayor incidencia se produce entre los 12 y los 18 años, curiosamente, la etapa adolescente.
Recientemente, un estudio de la Universidad de Aston (Birmingham) afirma que los usuarios y usuarias de las redes sociales modifican su dieta en relación con lo que comen los perfiles a los que siguen. El 60% de los pacientes con trastornos alimentarios buscan contenidos en internet que ponen en riesgo su salud. El 85% de los pacientes comienzan a buscar contenidos de esta naturaleza cuando son menores de edad y 1 de cada 4 siguen haciéndolo cuando son adultos.
Seguramente podríamos decir que la relación entre los trastornos alimentarios y el mundo digital se unió en los años 90 cuando aparecieron las llamadas páginas Pro Ana y Pro Mia: páginas en las que, centrándose en la anorexia, en el caso de las Pro Ana, y, en la bulimia, en las llamadas Pro Mia, buscaban almacenar y compartir “técnicas” para adelgazar de manera extrema.
Actualmente, redes como Tiktok, Youtube, Instagram, Twitter y Snapchat se han vuelto “indispensables” en el día a día de la mayoría de adolescentes y son pocos los que renuncian a tener presencia en alguna de estas redes y esto ha ayudado a normalizar enfermedades como los trastornos de la conducta alimentaria.
El lado dañino de estas redes se muestra cuando el usuario se obsesiona con los conceptos de alimentación y cuerpo perfecto o se informa inadecuadamente. Las redes están llenas de “youtubers, tiktokers o instagramers” que se atreven a divulgar sobre conceptos tan complejos como la alimentación sin estar correctamente formados para ello. Muchos internautas idealizan y popularizan a estos “falsos divulgadores” y creen a pies juntillas sus opiniones y consejos construyendo un concepto de “alimentación sana” equivocado. Esta construcción puede conducir a la obsesión y acabar generando un TCA.
Poderosa herramienta
Como se dijo al principio, las redes pueden ser una poderosa herramienta. Algunos youtubers han superado TCA y comparten ahora su experiencia para ayudar a personas que las sufren. De la misma forma la red está llena de verdaderos profesionales de la alimentación que comparten sus conocimientos de forma responsable.
Algunas plataformas como Pinterest, Tumblr o el propio Instagram se han comenzado a sensibilizar con estos problemas y a vetar el contenido que hace apología de los TCA dado el peligro que supone en las redes sociales. No obstante, la comunidad pro-TCA ha conseguido adaptar el lenguaje para seguir publicando en las redes sociales.
El estigma que rodea la salud mental es uno de estos temas sin resolver. Por ello, es necesario hablar de la salud mental cada día para tener más conocimiento y para trabajar adecuadamente la prevención.
No debemos dejar que el silencio nos haga pequeños ¡jamás! Necesitamos hablar.