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Puente Genil

Un robo en el nuevo cuartel de la Guardia Civil vuelve a enturbiar las negociaciones sobre su futuro

El asalto se prolongó durante varios días y ha provocado cuantiosos desperfectos en las dependencias

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  • Nuevo cuartel Guardia Civil -

El futuro cuartel de la Guardia Civil de Puente Genil ha escrito en los últimos días un nuevo capítulo de lo que parece ser una novela sin final, y es que el Instituto Armado investiga un robo en al menos cinco de los 18 pabellones del complejo, en el que, además de las sustracciones, los delincuentes habrían provocado numerosos destrozos.

Al parecer, y según fuentes próximas a la investigación, el robo se prolongó durante varios días, en los que los ladrones realizaron múltiples incursiones en el acuartelamiento, desvalijaron todas las cocinas de los pabellones, arrancaron las ventanas de aluminio y destrozaron las puertas. Asimismo, los delincuentes también se llevaron la grifería y provocaron daños en la red de saneamiento, de forma que en algunas dependencias el agua ha calado hasta los sótanos.

En este sentido, desde la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba, se ha confirmado que el caso se ha judicializado, mientras que otras fuentes consultadas por este periódico han informado que tanto el material sustraído como los desperfectos son "cuantiosos", a falta de que termine la valoración. Sobre la investigación hay un enorme secretismo, ya que por una parte se apunta al "gamberrismo" con el que actuaron los asaltantes, pero, por otra, no se descartan otras vías para conocer exactamente qué ha sucedido y quién o quiénes han podido estar detrás de los hechos, habida cuenta de que se trata de un caso con un gran revuelo mediático tanto en la población como en la provincia.

Hay que recordar que no es la primera vez que las dependencias de lo que será el futuro cuartel de la Guardia Civil, ubicado junto a la barriada Francisco de Quevedo, son objeto de actos vandálicos. Ya en agosto del año 2006, unos desconocidos accedieron al interior del recinto, apilaron palés de madera y depositaron bajo ellos una bombona de butano, que afortunadamente no llegó a explotar. El incendio provocó daños en el suelo y en las paredes de los calabozos, cuyas obras estaban en ese momento casi finalizadas, y volvieron a dilatar las negociaciones que por aquel entonces mantenían el Ayuntamiento de Puente Genil y el Ministerio del Interior para elevar a convenio el protocolo firmado apenas dos años antes, en virtud del cual se disponía que una vez realizada la mudanza a las nuevas dependencias, el actual acuartelamiento ubicado en la calle Miguel Romero pasaba a propiedad municipal.

No obstante, el principal escollo para la resolución de este asunto aún sigue siendo el procedimiento judicial iniciado por la concesión de la licencia de obras que sentará en el banquillo de los acusados al constructor. En la causa llegaron a estar imputados el exalcalde y parlamentario andaluz Manuel Baena y un total de nueve concejales de distintos partidos políticos que durante aquél mandato municipal formaban parte de la Comisión Informativa de Obras y Urbanismo del Ayuntamiento, aunque todos fueron exculpados por la Audiencia Provincial de Córdoba.

A día de hoy, el diálogo sobre este asunto entre el alcalde y los responsables ministeriales estaba siendo bastante fluido, y la prueba de ello fueron las palabras pronunciadas recientemente por el subdelegado del Gobierno en Córdoba, Juan José Primo Jurado, que en una visita a Puente Genil indicó que las últimas informaciones encaminadas a la apertura del nuevo cuartel eran "buenas". "Aunque es un camino largo, que ha sido complicado y que tiene muchos vericuetos legales, jurídicos y técnicos, las últimas noticias que ha habido son positivas, y creo que estamos más cerca de ver por fin abierto el nuevo cuartel, como solución a un problema que viene arrastrando desde hace años el municipio", afirmó el subdelegado. No obstante, el nuevo contratiempo en forma de robo en el acuartelamiento amenaza con dilatar aún más el proceso y pone una nueva sombra de duda sobre un “culebrón” enturbiado que puede eternizarse.



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