Un policía de Toronto que mató en 2013 a un joven en un tranvía tras dispararle nueve veces, caso que provocó fuertes protestas de brutalidad policial, fue declarado hoy culpable de intento de asesinato.
El jurado encontró que el agente James Forcillo fue culpable de intentar asesinar a Sammy Yatim, de 18 años, pero lo consideró inocente de asesinato.
El caso ganó notoriedad internacional porque el enfrentamiento entre Forcillo y Yatim fue recogido en vídeo por un viandante que colgó las imágenes en YouTube.
Estas muestran a Yatim en el interior de un tranvía vacío con una navaja en la mano mientras cerca de una docena de agentes de policía lo rodean.
Forcillo, que fue el único agente que desenfundó su arma y el único en disparar contra Yatim pocos segundos después de llegar al lugar, ordenó al joven arrojar la navaja y tras unos instantes le dispara nueve veces en dos tandas separadas por varios segundos.
Su defensa argumentó en el juicio que el agente siguió el adiestramiento recibido en la academia de Policía ante situaciones similares y que disparó contra Yatim cuando percibió que éste se preparaba para atacar.
Pero la fiscalía señaló que Yatim, que se encontraba bajo la influencia de drogas y alcohol, no podía haber atacado al agente y que Forcillo disparó contra el joven porque no obedeció sus órdenes.
Según la sentencia, el jurado entendió que Forcillo tuvo justificado realizar la primera tanda de disparos contra Yatim, pero no la segunda, cuando el joven estaba inmóvil en el suelo con su columna vertebral seccionada por una bala.
El profesor de Sociología de la Universidad de Brandon (Canadá), Chris Schneider, que ha estudiado la relación de los medios de comunicación social y la Policía, señaló hoy que el caso de Forcillo no tiene precedentes en Canadá.
Schneider señaló en la televisión canadiense CTV que es la primera vez en Canadá que la muerte de una persona a manos de un agente policial es capturada en cámara por un viandante y colgada en internet antes de que la Policía pudiese controlar el mensaje de lo ocurrido.
Schneider declaró que hace un par de décadas "la Policía habría respondido acordonando la zona y relatando a los medios de comunicación lo que sucedió".
"Así controlan la narración principal. Ahora todo el mundo graba lo sucedido en su móvil, lo sube a internet y la Policía ha perdido el control de decir al público qué ha sucedido", añadió Schneider.
Tras conocerse la sentencia, el jefe de Policía de Toronto, Mark Saunders, dijo que Forcillo sería suspendido de paga y que no tomaría más medidas contra el agente hasta que la sentencia sea firme.
El caso de Yatim dañó la imagen de la Policía de Toronto entre los ciudadanos por lo sucedido durante la Cumbre del G20 en junio de 2010, cuando centenares de manifestantes fueron detenidos durante horas sin justificación y varias personas fueron agredidas por agentes que, en muchos casos, quitaron los números de sus placas para no ser identificados.
La imagen de la Policía de Toronto también se ha visto dañada por acusaciones de racismo y los elevados salarios de sus agentes: en 2014, más de la mitad de la fuerza policial ganó al menos 100.000 dólares canadienses al año, el doble del salario medio de un trabajador.