Real Unión de Irún, Benidorm, Polideportivo Ejido, Orihuela y Ponferradina, cinco modestos equipos de Segunda B, y el Portugalete, de Tercera División, son los agraciados esta temporada de tener la oportunidad de enfrentarse a los grandes de la Liga y, por qué no, de soñar con dar un disgusto a alguno y acceder a los octavos de final de la Copa del Rey.
El sistema de competición, con eliminatorias a doble partido -el segundo en casa del poderoso-, minimiza el riesgo para los Primeras, que deben navegar entre la obligación por pasar de ronda y la incomodidad de tener que afrontar estos partidos en los que tienen mucho que perder.
Es el momento para que todos estos equipos de inferiores categorías, al resguardo de sus aficionados, busquen su momento de gloria y pongan en más de un aprieto a sus ilustres rivales, que aprovecharán para dar minutos a los menos habituales en busca de un resultado que o bien sentencie la eliminatoria o la deje encarrilada para la vuelta. El Valencia, líder de la Liga y defensor del título, visitará al Portugalete, único conjunto superviviente de Tercera División; y el Barcelona, rey de copas y en pleno festival de victorias y goleadas, es el encargado de abrir el fuego hoy en el campo del Benidorm en el camino hacia la búsqueda del vigésimo quinto título tras una década sin lograrlo. El Real Madrid, cuya sequía en esta competición se remonta a 1993, tendrá un siempre complicado desplazamiento al feudo del Real Unión de Irún, líder del Grupo I de Segunda B.
La eliminatoria depara así mismo cuatro interesantes duelos entre escuadras de Primera División.