Los líderes chinos debaten en la anual Conferencia Central de Trabajo Económico las prioridades para el trabajo económico en 2023
El Gobierno chino estableció como "máxima prioridad" alcanzar una "estabilidad económica" el próximo año y, entre otras metas, "impulsar la demanda doméstica" mediante la recuperación y la expansión del consumo.
Los líderes chinos debatieron en la anual Conferencia Central de Trabajo Económico, que terminó en la noche del viernes, las prioridades para el trabajo económico en 2023, según recoge hoy la agencia estatal Xinhua, en la que no se anunció ninguna medida concreta pero se abogó por "realizar esfuerzos para intensificar el macroeconómico y coordinar diversas políticas para impulsar un desarrollo de alta calidad".
"Mantendremos una política fiscal proactiva y una política monetaria prudente", recogió Xinhua al término de la reunión, en la que también se hizo hincapié en que "la sostenibilidad fiscal debe garantizarse y los riesgos de la deuda gubernamental local deben ser controlables".
Por otra parte, los líderes chinos también buscan impulsar la maltrecha demanda doméstica "priorizando la recuperación y la expansión del consumo, incrementando el ingreso personal urbano y rural a través de múltiples canales y alentando a más capital privado para que participe en la construcción de proyectos nacionales clave".
También se abogó por mantener el tipo de cambio del yuan "básicamente estable en un nivel apropiado y equilibrado", y a "reforzar los sistemas encaminados a salvaguardar la estabilidad financiera deben ser reforzados".
La reunión hizo también énfasis en que las políticas industriales deben "optimizarse para facilitar la transformación y actualización de las industrias tradicionales y desarrollo de industrias emergentes estratégicas".
Asimismo, se abogó por "promocionar el empleo de los jóvenes, sobre todo de los universitarios, y luchar por mitigar de manera oportuna y efectiva los impactos del aumento estructural de precios sobre algunas de las personas que se encuentran en dificultades".
China buscará también "optimizar las políticas de apoyo a la natalidad" y buscará "posponer gradualmente la edad legal de jubilación en el momento correcto y tomará la iniciativa para enfrentar el envejecimiento de la población y la baja tasa de fertilidad".
Asimismo, los líderes debatieron también "acelerar la planeación y construcción de un nuevo sistema de energía, fortalecer la competitividad global de las industrias tradicionales, acelerar la investigación y aplicación de tecnologías innovadoras y desarrollar vigorosamente la economía digital".
Otro de los puntos que se tocó en la reunión fue la necesidad de hacer "mayores esfuerzos para atraer y utilizar capital extranjero, ampliar el acceso al mercado, promover la apertura de las industrias de servicios modernas y otorgar un trato nacional a las empresas con financiación extranjera".
Por último, el encuentro también fijó como meta "mejorar la relación deuda-activos del sector inmobiliario" y lograr "una transición sin tropiezos del sector inmobiliario hacia nuevos modelos de desarrollo".
Pekín se había marcado un objetivo oficial de crecimiento de en torno al 5,5 % para el año, pero la citada crisis inmobiliaria y las duras restricciones y confinamientos impuestos en el marco de la política de 'cero covid' han lastrado la actividad con fuerza, por lo que los analistas descartan que el PIB crezca al ritmo que esperaban las autoridades.