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Los malagueños atrapados en Nepal tras el terremoto ya están en casa

Alfonso y Fonfi Muñoz, padre e hijo, ya están en casa. Son los malagueños que quedaron atrapados en Nepal tras el terremoto del pasado sábado. Un seísmo de 7,9 grados en la escala Richter que ha dejado hasta ahora más 5.000 muertos, más de 10.000 heridos y medio millón de desplazados.

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Han llegado pasado el mediodía al aeropuerto de la capital. Allí les esperaban sus familiares, amigos y hasta su perro. Además de una nube de cámaras, periodistas y curiosos. Aunque la primera en llevarse el abrazo ha sido la perrita, que coleaba nerviosa cada vez que se abría la puerta de llegadas del aeropuerto malagueño.

Alfonso y Fonfi Muñoz son conscientes de la gravedad de lo vivido. Han salido ilesos de un terremoto devastador que ha hundido a todo un país.

Padre e hijo llevaban un mes en Nepal, adonde van con frecuencia. Son los fundadores de Meena Ghaleque, una organización que garantiza sanidad y educación a 80 menores nepalíes y que lleva el nombre de su hija y hermana, una joven que actualmente tiene 17 años pero que fue adoptada por la familia cuando tenía 5. El seísmo les pilló en la calle.

Alfonso se apoyó en su hijo, que trató de evitar que le cayeran objetos encima o que la gente, que corría despavorida, le pisara mientras huía sobre un suelo que se agrietaba bajo sus pies. Fueron apenas unos segundos, los más intensos de su vida.
La incertidumbre fue la que se instaló inmediatamente después en Katmandú, donde estaban alojados.

Ambos son conscientes de la tragedia de la que han salido ilesos, “sin apenas un rasguño” como reconoce el propio Fonfi. Pero, no tienen miedo, su clara intención es volver para ayudar a la reconstrucción de un país que ha quedado sumido en el caos y donde, de nuevo, han sido los más pobres, los grandes perjudicados.

Alfonso y Fonfi cuentan cómo los hoteles y viviendas de los más poderosos, dotados de mejores cimientos, apenas se han dañado, frente a los inmuebles más pobres, que han caído, en muchos casos, sobre sus desfavorecidos residentes.

Pero ni uno ni otro podrá volver antes de que Mariví Heredia, la mamá de la familia, les haga su plan de recuperación, un plan que ha empezado hoy mismo y por el estómago.

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