Si alguien, sin contexto previo, hubiera visto los últimos minutos del partido del pasado martes, el cual supuso la eliminación del Unicaja del play-off de la Liga Endesa, daría por hecho que se trataba de una victoria histórica, de esas que anteponen algo grande. Pero no. El conjunto verde cayó derrotado con claridad ante un superior FC Barcelona y puso punto y final a su temporada.
Sin embargo, no se vio en todo el Martín Carpena una sola cara de desilusión. Al contrario. La gente se dedicó a reír, cantar y animar en un último cuarto en el que ya estaba todo el pescado vendido. Este hecho sin parangón es consecuencia de un gran trabajo por parte de los pupilos de Ibon Navarro.
Se ha vuelto a instaurar el estado de euforia a orillas del Martín Carpena. La afición cajista, malherida desde hace años como consecuencia de plantillas apáticas que no transmitían gran cosa, ha recobrado la ilusión por ir al pabellón a ver a su equipo ganar.
Kendrick Perry, Tyson Carter, Tyler Kalinoski, Nihad Djedovic, Melvin Ejim, Will Thomas, Yankuba Sima, Dylan Osetkowski, Augusto Lima y David Kravish. Hasta diez jugadores nuevos para una plantilla que, comandada por Ibon Navarro, comenzaba la temporada con la ilusión de, al menos, clasificarse para Copa del Rey y hacer un buen papel en la BCL, tras haber quedado 12º en la anterior campaña. Con todas estas incertidumbres, arrancó el curso.
En la Basketball Champions League, se ganaban todos los partidos, mientras que el nivel ofrecido en la competición doméstica era más que decente. Triunfos como el 103-60 ante Real Betis o el de La Fonteta de San Luis, donde se ganó por 16 puntos de diferencia. El equipo carburaba y los aficionados comenzaban a acudir al Carpena. Se pasó de los 6.000-7.000 de siempre a un pabellón que prácticamente se llenaba semana tras semana.
El momento cumbre, sin duda alguna, fue ese maravilloso mes de febrero en el que el Unicaja se proclamó campeón de Copa del Rey tras imponerse nada más y nada menos que a Barça, Real Madrid y Lenovo Tenerife. Ahí, nació el famoso “Ibon tiene un plan”, seña de identidad inequívoca de este grupo hasta el día de hoy.
El discreto papel de la Final Four de la BCL, disputada en Málaga, no empañó ni un ápice el tremendo esfuerzo que realizó el equipo a nivel europeo; la ilusión por alcanzar la final del play-off, se tornó en alegría y festejo por parte de quienes se consideran afortunados por vivir lo que han vivido.
Unicaja se despide del año cuando la mayoría de equipos llevan ya dos semanas de vacaciones. La primera misión de El Plan se ha superado con éxito. A partir de aquí, bienvenido lo que venga.