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Málaga

Hasta 51 pueblos de Málaga "tiran" su agua, mientras los embalses se vacían

La mayoría de las redes de abastecimiento de los municipios de la provincia tienen fugas de agua y se está haciendo un uso fraudulento

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  • Al año se pierden 7 hectómetros cúbicos con los que se podría abastecer de agua a 90.000 habitantes de 64 pueblos durante todo un año
  • La solución es que los ayuntamientos inviertan en la mejor y modernización de sus instalaciones

La suma del agua de los embalses de la provincia los deja a un 36 por ciento de su capacidad. El de la Viñuela es el más castigado, está a un 10 por ciento. Ya es sabido por todos que Málaga atraviesa una situación crítica. No llueve y la poca agua que queda se pierde, según desvela un estudio de la Diputación para analizar las redes de distribución de agua en municipios de la provincia menores de 20.000 habitantes.

Tiene que ser una prioridad para los alcaldes la mejora de sus redes de abastecimiento

Los primeros resultados aportan datos “muy preocupantes” de fugas y uso fraudulento en 51 pueblos de la provincia, explica el presidente de la entidad supramunicipal, Francisco Salado. Se han detectado pérdidas de agua: unos 19.450 metros cúbicos diarios, lo que suponen siete hectómetros cúbicos al año. Esto supone que se pierde un volumen de agua equivalente al consumo anual de los 64 pueblos más pequeños de la provincia, que suman unos 90.000 habitantes.

Este primer avance del diagnóstico se completará “a finales de noviembre o principios de diciembre” y se tendrán datos de 77 municipios menores de 20.000 habitantes de la provincia, lo que suman unos 800 kilómetros de tuberías, para la detección y localización de fugas de agua.

Al margen de la gravedad del agua que se pierde, desde el punto de vista económico también la “sangría es importante” para los pueblos. Aplicando un coste medio de 0,5 euros el metro cúbico, derivado de los costes de extracción, potabilización, puesta en servicio, etcétera, se alcanzaría un importe de 9.720 euros diarios, lo que supone 3.547.800 euros al año. Es decir, que los municipios dejan de facturar tres millones y medio de euros por esa agua incontrolada por fugas o por tomas fraudulentas.

Para Salado la única solución para "no tirar agua" es erradicar las fugas y modernizar la red de abastecimiento, que está ya “deteriorada”. “Tiene que ser una prioridad para los alcaldes”, asegura y exige que se usen los fondos incondicionados que les transfiere la Diputación, 223 millones desde 2019, para ello, en caso contrario, advierte, “se convertirán en fondos condicionados, que solo se podrán destinar” al arreglo de la red.

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