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La Novena de Beethoven

Todos sabemos que Beethoven fue un verdadero genio. De sus manos surgieron 343 obras en total: nueve sinfonías, una ópera, dos misas, treinta y dos sonatas...

Publicado: 06/05/2020 ·
21:42
· Actualizado: 06/05/2020 · 21:42
Autor

Rosa G. Perea

Rosa G. Perea es escritora. Es cofundadora del Club de Lectura del Ateneo de Sevilla y editora en Almuzara

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Como escritora, editora y colaboradora en medios de comunicación, Rosa G. Perea habla de todo, predominando la cultura

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Todos sabemos que Beethoven fue un verdadero genio. De sus manos surgieron 343 obras en total: nueve sinfonías, una ópera, dos misas, treinta y dos sonatas para piano, cinco conciertos para piano, un concierto para violín, un triple concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta, dieciséis cuartetos de cuerda, diez sonatas para violín y piano, cinco sonatas para violonchelo y piano y decenas de obras más, de menor tenor. Aunque sólo 138 de sus obras fueron publicadas con su nombre durante su vida, ya que las 205 restantes fueron atribuidas y publicadas después de su muerte.

Sin embargo, entre tan extensa producción, si usted pregunta a bocajarro en la calle (con dos metros de distancia y mascarilla calzada) a alguien, seguramente le contestará que la obra que conoce es la Novena Sinfonía, e incluso podrá tararearla.

Sin entrar en el detalle de que fue la primera sinfonía en la que se introducía la percusión o el coro, hay una serie de curiosidades que hacen de ella una verdadera leyenda.

Muchos al escuchar los primeros acordes de su cuarto movimiento, exclamarán “Hombre, el Himno a la alegría de Miguel Ríos, o el Himno de la Unión Europea”, y no les falta razón. Y es que Beethoven musicalizó el poema de su amigo Friedrich Schiller llamado “Oda a la alegría” modificándolo y adaptándolo para su obra.

La duración de la Novena Sinfonía también ha sido referencia para nuestra cotidianeidad. Verán: cuando a finales de los años 70 las compañías Sony y Philips crearon un soporte óptico para almacenar música, es decir, el CD, tenían que decidir la capacidad que debería tener. Primero pensaron que debería ser un disco con 11,5 cm de diámetro y sesenta minutos de duración, como las cintas de cassette. Pero Sony, decidió cambiar la duración más tarde hasta los 74 minutos y 33 segundos para poder almacenar la interpretación más larga grabada hasta entonces, que no era otra que la Novena sinfonía de Beethoven interpretada bajo la dirección del alemán Wilhelm Furtwängler, en 1951. Maravilloso, ¿verdad? No se me ocurre mejor unidad de medida.

Pues bien, esta leyenda cumple hoy 196 años, pues fue un siete de mayo de 1824 cuando su creador la estrenó en Viena.

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