“Son unos presupuestos cautelosos y austeros, los cuales se adaptan a lo aprobado en el mes de julio con el Plan de Saneamiento Financiero. Predomina la contención del gasto y un esfuerzo en la gestión para generar nuevos recursos”, añadió Montero, quien reconoció que, obviamente, “la crisis por la que atraviesa el país y la caída de la actividad económica de la construcción de viviendas son materias que se han tenido en cuenta”. “Lo que sí está garantizada es la prestación de los servicios básicos con especial incidencia en las temáticas de limpieza y seguridad”, aseveró.
Por su parte, Muñiz dio cuenta que el presupuesto consolidado, la suma del Ayuntamiento más las empresas municipales, “alcanza la cifra de 60.569.556 euros en el apartado de ingresos mientras que el gasto está en 60.318.452 euros, lo que equivale a decir un superavit”. Mientras, la partida de personal “es realista pero todos conocemos que existen planteamientos para que varíe en consonancia a lo ya anunciado por el alcalde hace varias semanas. Son medidas correctoras necesarias que aún son prematuras para cifrarlas”.