El defensa sanluqueño José Roldán afrontó su primera temporada fuera de su ciudad. Tras quedar libre en el Atlético Sanluqueño una vez que finalizó la campaña 2018-2019 recaló en el Guadalcacín para afrontar la 2019-2020. El zaguero fue uno de los componentes del Atlético Sanluqueño B, filial que desapareció hace meses, durante dos años. En la primera una lesión le dejó fuera de combate y en la segunda fue uno de los pilares del conjunto que dirigió Paco Ávila.
Se marchó de club verdiblanco con el sabor amargo de no debutar con el primer equipo aunque sí llegó a formar parte de sus entrenamientos. El central recuerda que “quedé libre en el Atlético Sanluqueño y surgió la opción de jugar en el Guadalcacín. Me vi obligado a cambiar de club y más porque el B desapareció. El entrenador Diego Galiano habló conmigo, me dio confianza y me convenció para dar el paso”.
No deja de reconocer que “ha sido una temporada muy extraña porque no finalizó. El equipo empezó bien pero después llegó una racha negativa y nos colocamos cerca del descenso. Llegaron buenos refuerzos, como Copero, Benítez y Sergio Iglesias pero nos faltó el gol”.
Con 22 años entiende que “me queda mucho por delante y no me conformo con estar en la División de Honor Andaluza porque como cualquier futbolista uno siempre quiere aspirar a algo más”.
Valora que “en el Guadalcacín me he sentido muy a gusto y no descarto seguir en este club. Uno siempre quiere crecer, por ejemplo mirando la Tercera División pero teniendo los pies en el suelo”.
José Roldán ha tenido como compañeros esta temporada en su Guadalcacín a sus paisanos Marco, Raúl Galán y Pablo Giraldo. Creció en el Atlético Sanluqueño desde la Escuela.