El último episodio de esta historia se produjo el pasado jueves por la noche, cuando dos jóvenes forzaron la ventana exterior de una panadería de la avenida Bruselas, dañando seriamente los barrotes y dejándolos parcialmente quemados.
Su objetivo era arrancar la estructura y facilitar, así, su entrada al establecimiento. En su tentativa, rompieron también parte de la fachada del edificio en cuyos bajos se sitúa el local.
A consecuencia de estos hechos, y tras ser identificados los responsables,se habría detenido a dos menores de edad, si bien habrían sido puestos en libertad inmediatamente. Los detenidos eran vecinos de la misma barriada, según estas fuentes.
A la noche siguiente, ese mismo local fue objeto de otro intento de robo. En este caso, el/los delincuentes trataron de forzar la cerradura de la entrada para intentar subir la reja e introducirse en el establecimiento. Para ello utilizaron un objeto contundente, probablemente un puntal de obra, que, si bien no rompió la cerradura, sí que provocó una fractura bastante visible en el suelo.
Tras haber fracasado en su intento, los vándalos decidieron dejar su impronta impregnando con un material viscoso, probablemente pegamento, la cerradura, por lo que la propietaria se vio imposibilitada para abrir ayer por la mañana. Fue necesario llamar al cerrajero y tuvo que sustituirse la cerradura por una nueva.
Fuentes consultadas por este diario indicaron que esta forma de sabotear la cerradura también la utilizaron en un bar situado en la esquina de la misma calle, días atrás.
La propietaria del establecimiento expresó su frustración por los hechos y por la aparente impunidad de los responsables, basada en su condición de menores de edad.
Vivienda
Por si esto fuera poco, los vecinos de la avenida Bruselas dieron cuenta ayer del robo que se produjo en una vivienda del mismo bloque donde se sitúa la panadería, donde reside una mujer joven, a la que sustrajeron una buena cantidad de enseres. Los hechos tuvieron lugar hace aproximadamente un mes, según las fuentes consultadas.
Todavía está muy reciente el incendio que tuvo lugar en un sexto piso de un inmueble en la plaza de Portugal de la misma barriada, cuando uno o varios individuos provocaron un fuego justo delante de la puerta de entrada a una vivienda. Fuentes consultadas por este diario indicaban que podía tratarse de un ajuste de cuentas por asunto de drogas, y que los residentes se habrían marchado del lugar después del incidente.
Meses atrás, la barriada sufrió una oleada de robos y actos de vandalismo cuando grupos de delincuentes lograron robar en una frutería y una joyería de la avenida España. Además, en noviembre del pasado año, un algecireño que regentaba un pub en la zona del Secano fue secuestrado, también en esta barriada, y fue hallado con vida horas después en la Estación de San Roque tras haber recibido una paliza.
Los vecinos consultados solicitan de la Policía Local una mayor vigilancia de la zona, a fin de evitar estos robos y actos vandálicos.
Ruidos
Los residentes de San José Artesano, especialmente los que viven en la plaza de Portugal, la avenida de España y la avenida de Holanda, sufren cada día de ruidos y vandalismo protagonizados por grupos de jóvenes, la mayoría menores de edad, que se reúnen en algunas plazoletas de la barriada a primeras horas de la madrugada.
Sin ir más lejos, en la noche del pasado viernes al sábado se produjo, como atestiguaban varios vecinos, una pelea entre varios de estos menores. Fuentes oficiales de la Policía Local confirmaron que se había producido una llamada por ruidos en la barriada hacia la 1.00 horas, pero cuando los agentes se presentaron en el lugar, ya no quedaba nadie. Suele ser bastante habitual, casi a diario, que se hagan estas llamadas. Los vecinos se lamentan de que, cuando los agentes acuden, no pueden hacer otra cosa que identificar a los menores.
Además de los ruidos, los vecinos se mostraron preocupados por la presencia, todas las noches, de ciclomotores y motocicletas, en muchos casos trucadas para provocar un mayor estruendo, que pasan una y otra vez por las estrechas bocacalles entre la avenida España, la plaza de Portugal y la avenida de Holanda, y que no dejan dormir a los vecinos. Algunos incluso sospechan que en estas llegadas masivas de vehículos de dos ruedas se puede esconder una posible venta de drogas al menudeo.
Fuentes policiales consultadas por este diario manifestaron que se realizarán las gestiones oportunas para incrementar la vigilancia en la zona e indagar en los hechos.
