De 1948 a 1983, De un sábado de gloria donde se comenzó a engendrar la I Fiesta del Vino, que después sería la Feria y Fiesta de la Vendimia, al 30 de agosto de 1983 en el que un Pleno del Ayuntamiento, con el Gobierno municipal que presidía Pedro Pacheco al frente, puso fin a la llamada Feria de la Vendimia. Han pasado 33 años y Jerez no ha sabido encontrar el pulso al festivo mes de septiembre, no ha encontrado la forma de celebrar el nacimiento del nuevo vino.
De aquella nefasta Velada de la Merced en la explanada que existía en el Mamelón a esta actual Fiesta de la Vendimia, pasando por unas Fiestas de Otoño de mucho despilfarro económico y escaso arraigo en la población. Ya suenan voces que indican que el camino puede ser hacer renacer esa Fiesta de la Vendimia que nació al amparo de una cena-homenaje al poeta jerezano Juan Valencia Jaén. Julián Pemartín Sanjuán recogió la idea de Sixto de la Calle Jiménez de crear en septiembre unos Juegos Florales que sirvieran para conmemorar el nacimiento del nuevo vino.
La idea prosperó y con la ayuda de Luis Romero Palomo, Alberto Durán Tejera, Vicente Fernández de Bobadilla o José Jurado Núñez se dieron los primeros pasos para la creación de la I Fiesta del Vino, que terminó desembocando en la Feria y Fiestas de la Vendimia, en el nacimiento de los Juegos Florales en el Villamarta, en la proclamación de una reina y sus damas o de un capataz de honor, en los concursos de patios, de escaparates, en una cabalgata anunciadora, en los concursos laborales entre cuadrillas de arrumbadores, toneleros, catadores, administrativos o viticultores de las bodegas, la bendición y pisa del primer mosto ante la Catedral, la corrida-concurso de ganaderías o la corrida de la Prensa o la Verbena de la Prensa, siempre en las vísperas del alumbrado, porque septiembre era una fiesta que, al final, tenía como puntos de interés los actos externos e internos y las fiestas privadas de las bodegas y la Feria en el real del Parque González Hontoria. Esos septiembres según Jerez se perdieron, por una decisión caciquil si se quiere, y no han vuelto, pero deberían volver más pronto que tarde.
