Se abrieron las puertas de la escuela de San José y quedaron definitivamente para el recuerdo las densas jornadas de vísperas y los maratones periféricos en busca de las nuevas hermandades.
La Semana Santa empezó a escribir una nueva historia coincidiendo con la salida a la calle de la cruz de guía de los hermanos Buzón, esa que anuncia la llegada de la Hermandad de la Borriquita y que escucha el continuo tintineo de las campanas que portan los pequeños nazarenos de rostro descubierto y miradas nerviosas.
Eran las cinco y cuarto de la tarde. La Hermandad del Perdón callejeaba desde hacía ya un buen rato por la collación del Salvador, pero incluso los nazarenos que visten esa túnica azul que quiso evocar el mono de trabajo de los obreros que le dieron forma saben que el inicio sentimental de la Semana Santa se vive en la trasera de la iglesia de San Marcos. La Borriquita abre aquello que La Piedad cierra, aunque en el fondo hace ya muchos años que ni la una ni la otra tienen en sus manos las llaves de la Semana Santa.
Jerez disfrutó ayer de un espléndido Domingo de Ramos, de esos cuyo cielo se pinta de azul desde que amanece hasta la puesta de sol. De esos que durante años se echaron de menos, de calor y sudor, de rotundos contraluces y olor a azahar.
El paso de misterio de Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén estrenó este año el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores del Rosario de Arriate, de Málaga, estando su cuadrilla de costaleros de nuevo dirigida por Martín Gómez Moreno. El grupo escultórico experimentará una sensible reforma en estos próximos años, de la mano del escultor sevillano Fernando Aguado.
Detrás, la Virgen de la Estrella, que lució un primoroso exorno floral en el que se entremezcló el clavel blanco con el azahar. Manuel Serrano Navarro comandó a la cuadrilla de costaleros, que caminó bajo los sones de la Banda Municipal de Música de Rota.
Como ha quedado escrito, la Hermandad del Cristo del Perdón había abandonado la ermita de Guía antes de que se abrieran las puertas de San José, poco después de las cuatro y media. Tras el crucificado de Paco Pinto, la Banda de Cornetas y Tambores de las Reales Cofradías Fusionadas de Málaga, todo un lujo para la Semana Santa de Jerez. Manuel Jesús Tristán se hizo cargo de nuevo de la dirección de las dos cuadrillas de costaleros; repitiendo la Virgen de Perpetuo Socorro el acompañamiento de la Banda de Música Virgen del Castillo, de Lebrija.
Las salidas de El Transporte y La Coronación se pisan prácticamente en el tiempo, ambas al filo de las cinco y media de la tarde. Proceden de dos barrios castizos, Santiago y La Albarizuela, donde quizá ofrezcan sus mejores momentos.
El paso de misterio del Señor del Consuelo en el Desprecio de Herodes llama la atención de pequeños y mayores por sus dimensiones. Ayer volvió a disfrutar además del acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores del Rosario de Cádiz, que es una de esas formaciones que puede presumir de tener una auténtica legión de seguidores. Manuel Monje es el capataz de este auténtico barco.
Tras el palio de Madre de Dios de la Misericordia pudo escucharse por primera vez la marcha Quién te vio y no te recuerda, de David Hurtado, interpretada por la Banda de Música de la Soledad de Cantillana. Jaime Racero ejerció como capataz.
La Hermandad de la Coronación celebra este año su cuarto centenario, una densa historia que en la calle traduce en casticismo. El Señor de la Coronación de Espinas, cuya cuadrilla de costaleros manda Tomás Sampalo, fue acompañado un año más por la Banda de Cornetas y Tambores de la Vera Cruz de Los Palacios; mientras que tras la Virgen de la Paz en su Mayor Aflicción repitió la Banda de Música de Villalba del Alcor. Al frente de la cuadrilla de costaleros, Isaac Núñez. Sin duda los mejores momentos de la cofradía se vivieron en el barrio de San Pedro, en una calle, Bizcocheros, que parece concebida en origen para esta corporación nazarena.
La Hermandad de las Angustias cerró la jornada y se llevó consigo el Domingo de Ramos, tal y como le corresponde por ser la cofradía más antigua de la jornada. Apenas quedan ya adjetivos para calificar la presencia de esta hermandad en la calle. Estamos quizá ante el cortejo más cuidado y completo de la Semana Santa de Jerez. La contemplación del paso de la cofradía es un auténtico deleite para los sentidos. Detrás del nutrido cuerpo de nazarenos de túnica de cola negra, una escolanía de niños cantores anuncia la llegada de esta Pietá jerezana.
Joaquín Bernal es el capataz de la cuadrilla de costaleros, la primera que se nutrió de cofrades, allá en los albores de la década de los setenta. Las Angustias se llevó consigo un Domingo de Ramos que merece ser recordado por su magnificencia.