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El 57% de la población está a un paso de padecer exclusión social

Cáritas Diocesana advierte de que muchas familias se encuentran “en el filo de la navaja”

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El 57 por ciento de la población de la provincia de Cádiz se encuentra a un paso de padecer situaciones de exclusión, según un informe elaborado por Cáritas que aborda el periodo comprendido entre 2007 y 2013, el más duro de la crisis económica. La situación en la provincia es sustancialmente peor a la que se observa en el conjunto de Andalucía y España, donde el volumen de población a un paso de la exclusión es del 44 y el 41 por ciento, respectivamente.

El director de Cáritas Diocesana, Francisco Domouso, advirtió ayer de que este sea quizá el dato “más preocupante” de todo el informe, ya que implica que muchas familias se encuentren “en el filo de la navaja”. En parecidos términos se expresó Emilio López, de Cáritas Española, que consideró que estamos ante “una señal de alarma” ya que, si bien es un volumen de población “que en este momento” no padece situaciones de exclusión, se encuentra muy cerca de sufrirla.

La organización de la Iglesia Católica entiende que los datos se sustentan en una muestra “bastante sólida”, siendo producto de 224 encuestas a hogares y 718 personas. Ese trabajo permite conocer que el 22 por ciento de los hogares sufren algún tipo de exclusión, siendo “moderada” en el 13 por ciento de los casos y “severa” en el 9 por ciento restante. De hecho, sólo el 20 por ciento de la población puede presumir de disfrutar un nivel de integración “pleno”.

Cáritas aclara en su informe cuáles son los parámetros para medir esos niveles de exclusión, tomando para ello como referencia los 35 indicadores de la Fundación Foessa.

La integración plena se da cuando un hogar no se encuentra afectado por ninguno de esos 35 indicadores. En el momento en que una familia está afectada por uno o más indicadores ya cae al nivel de integración “precaria”, encontrándose desde ese momento al borde de la exclusión.

Entre esos indicadores, además de los económicos, se encuentran cuestiones tales como haber tenido problemas con el alcohol, las drogas o el juego en los últimos diez años; así como antecedentes penales, malas relaciones con los vecinos o padecer minusvalías, enfermedades crónicas o problemas graves de salud que generen limitaciones en la vida diaria.

También cuentan como indicadores vivir en entornos “muy degradados”, padecer barreras arquitectónicas con discapacitados en el hogar, convivir con alguna persona de 65 años o más que no haya ido a la escuela.

En función del número de indicadores que se acumulen se considera un mayor o menor nivel de integración o exclusión social.

Cuando trabajar no es suficiente

En el informe (2007-2013) se constata un repunte del número de personas que pide ayuda a Cáritas a pesar de tener un empleo, algo que la organización entiende como una muestra de la precariedad que padece actualmente el mercado laboral.

“No se sabe cómo solucionar el paro”

El director de Cáritas, Francisco Domouso, avanzó su intención de remitir este informe a las administraciones públicas, a quienes animó a buscar soluciones contra el desempleo. “Hay muchos debates y propuestas, pero no se sabe solventar el problema”.

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