Como involuntario tributo a su gran referente, Lola Flores, y a la letra del que será su próximo single, "Te voy a abandonar" -una versión de la canción homónima de La Faraona que graba estos días en Sevilla junto a la drag queen La Prohibida-, el joven jerezano Jota Carajota, concursante de "Drag Race España", reivindica la libertad individual, la aceptación de uno mismo y la autoestima, y aconseja a las víctimas de la intolerancia que "den un portazo".
Juan José Torres (Jerez, 2002) abandonó hace dos años su tierra natal y se instaló en un piso de 50 metros cuadrados del madrileño barrio de Malasaña harto de que nadie le entendiera.
Este cantante y drag, el primero de etnia gitana, orgulloso de su origen y del apoyo e influencia que ha tenido en él su familia más cercana, en especial su padre, asegura que su vida en Jerez era "realmente complicada. Nadie me entendía y era muy difícil vivir allí. Jerez es una ciudad muy conservadora, ligada al mundo del flamenco, del vino y de las tradiciones, y que hubiera alguien como yo chocaba mucho", explica.
Por eso, como proclamó en su primera intervención ante las cámaras del concurso televisivo "Drag Race", Jota Carajota defiende la educación en valores desde la primera infancia para acabar con la homofobia "y todas las fobias" que existen, y señala que Madrid le regaló libertad, gente nueva y un aprendizaje artístico inaccesible fuera de allí.
Conocedor en primera persona del significado de la exclusión y el acoso por ser diferente al resto, Jota Carajota no había cumplido los 15 años cuando ya daba charlas en los colegios jerezanos sobre igualdad y aceptación, y recuerda risueño como tenía que pedir permiso a sus profesores para aprovechar los recreos y salir disparado a hablar con chicos en situación parecida de otros centros.
"Es curioso porque eran charlas voluntarias y solo iba gente que quería escuchar lo que iba a decir", comenta alguien que años después se reafirma en la importancia de que "nadie espere la aprobación de nadie, y tome decisiones, asuma las riendas de su vida, pegue portazos, diga basta y se mueva por el único interés del cariño hacia uno mismo".
Juan José Torres insiste en la autoaceptación como el primer paso hacia la aceptación de los demás, y reitera: "el amor hacia uno es lo más interesante, por lo que quien no se sienta querido, quien vea que su sitio no es ese, que coja la puerta a la primera oportunidad y se vaya", exclama.
Jota Carajota, o Juan José Torres cuando baja de los escenarios y desaparecen las pelucas, purpurinas, plumas y plataformas del transformismo, afronta ilusionado el próximo semestre por el inicio de la gira del reallity de "Drag Race", que le llevará por salas y auditorios de toda España, y por ver cumplido su sueño de trabajar con el cantante y actor Luis Herrero Cortés, alias La Prohibida, un icono en el mundo de las queens y a la que sigue desde que era un niño de tan solo 8 años, como explica.
"Grabar esta colaboración con La Prohibida es un sueño hecho realidad", asegura Jota Carajota, que lanzará junto a ella una versión de un título de Lola Flores que habla sobre un amor roto, un arrepentimiento y un renacer.
En su vida personal, según dice, no hay paralelismo alguno con el desamor gracias a Julia, su novia, a la que conoció en la sala Holiday de Sevilla en un concierto de las Nancys Rubias el 4 de noviembre de 2017, "un día que significó una revelación personal", un antes y un después en su vida porque se enamoró de esa joven sevillana y supo también, al ver actuar a Mario Vaquerizo, que quería encauzar sus pasos hacia el transformismo.
"Al ver actuar a Mario Vaquerizo supe que si él podía cantar de esa forma yo también, y fue entonces cuando empecé a hacer cursos de maquillaje, a explorar ese mundo, y me convertí casi sin pretenderlo en drag", dice este transformista de 19 años, que fundó una banda de rock en la adolescencia (Queens Yeyés), logró el apoyo del ayuntamiento jerezano para organizar el I Festival Drag de Andalucía con su grupo de transformistas "Sherry Queens" y creció en un ambiente de arte y tolerancia bien distinto a lo que encontraba en la calle.
Jota Carajota subraya su estrecha relación con su abuela Luisa Zarzana, que le cuidó siendo niño mientras su padre trabajaba y con la que disfrutó de la música, el arte flamenco y la ausencia de tabúes. "Un día me ponía un pompón, otro una falda, un collar..., y así siempre", afirma.
Muy influido también por los gustos musicales de su padre, amante del rock y de la música metálica, este artista se autodefine como "neofolclórica" por su pasión por el "folclore actual", una tendencia que, según explica a EFE, se nutre de la herencia de las "grandes divas españolas" y lo adapta a lo "más marciano".
"Soy gitano, estoy muy orgulloso de serlo, mi madre es amante del flamenco y la copla, y mi padre del metal, y por todo eso he salido yo así: una drag queen mezcla de dos mundos" que reivindica la tradición actualizada.
De su paso por el programa de Atresmedia, Jota Carajota valora la estrecha relación con sus compañeras; la enorme visibilidad adquirida, que le ha llevado a doblar, por ejemplo, su número de seguidores en redes sociales en apenas un mes y, especialmente, la cariñosa acogida del público, que le para a cada momento cuando pisa la calle, como confiesa ruborizado.
Este drag se pone serio cuando habla del lado menos amable del transformismo, el de la intolerancia y la violencia hacia el colectivo LGTBI, y denuncia que, pese a los pasos dados en los últimos años, persisten las agresiones y persecuciones y son escasamente condenadas por la sociedad, algo que atribuye a la falta de educación y al conservadurismo español.