Un pregón dedicado a la Gloria de la Resurrección, pronunciado con emoción, sentimiento y corazón. La jienense María Dolores Galán Gallego ofreció el sábado, 22 de abril, el pregón del Tiempo de Gloria, ante una capilla del antiguo hospital San Juan de Dios llena de jienenses que la arroparon en uno de los momentos más bellos de su vida como cofrade.
Presentada por Amparo López, que desgranó detalles de su personalidad y vida cofrade, la pregonera celebró un pregón lleno de detalles y que emocionó dejando lágrimas en el rostro de los asistentes.
Ocupó la tribuna y lo primero que hizo fue llamar, una a una, a las doce hermandades de Gloria de la ciudad, para que con sus estandartes fueran tomando su sitio. Los sones de los tamborileros y del pitero llenaron de solemnidad el inicio de un pregón, en el que también intervinieron las voces del coro de la Hermandad del Rocío. Y es que María Dolores Galán es rociera. En el año 2015 ofreció el pregón de la Hermandad del Rocío, a la que se acercó en 1985 y de la que es hermana desde principio de los noventa. Este 2017 se ha convertido en la tercera mujer en pregonar el tiempo de Gloria.
María Dolores Galán emocionó al público con un pregón que empezó con el final de la Pasión de Cristo, continuó con la vigilia pascual y abordó el Tiempo de Gloria, la importancia de la gloria de la Resurrección. Sus palabras denotaron incomprensión porque aún hoy las hermandades de Gloria son “las olvidadas de la capital” y por ello levantó el dedo y reivindicó el papel de todas. Su pregón quedó estructurado en dos partes.
Galán abordó primero las glorias del Señor, refiriéndose a los cristos de la Cofradía de Charcales, de la Cofradía del Santísimo Cristo de Chircales, de la Cofradía Santísimo Cristo del Perdón de la Asomada y de la Archicofradía Sacramental San Ildefonso. También hizo referencia a la Cofradía de Santa Catalina de Alejandría.
Para hablar de las glorias de la Virgen hizo referencia al momento de la Anunciación y seguidamente dedicó el pregón a la Virgen del Carmen, a Nuestra Señora del Carmen, a la Virgen de la Capilla, a la Virgen Blanca, a la Divina Pastora y a la Virgen de la Cabeza. Terminó con su Virgen del Rocío. Al hablar de Ella, Galán se entregó y concluyó diciendo: “En Jaén, en tiempo de Gloria quiero morir”.
