Siempre tuvo claro que se dedicaría al mundo de la música y aunque lo intentó desde la parte artística, finalmente se decidió por la técnica y hoy es una de las productoras musicales más respetadas del país.
Herminia Martínez García (Jaén, 1976) es ingeniera técnica de Telecomunicaciones y superior en Electrónica, ambas especializadas en Sonido e Imagen. “Descubrí la acústica y me encantó, pero cuando tuve que elegir laboralmente, me decidí por la producción”, reconoce una mujer para la que la música es “una forma de comunicación muy emocionante y un estímulo para la vida, para hacerla más llevadera”.
Apostó por la producción y ahora coordina el proyecto más importante de España de música popular, el Girando Por Salas, un Circuito de Músicas Populares, patrocinado por el Ministerio de Cultura para la promoción de las músicas actuales. Facilita a artistas emergentes un circuito de conciertos y salas más allá de su propia comunidad autónoma para potenciar la música en directo.
“Es un proyecto muy bonito y enriquecedor. Ves cómo grupos que empezaron con nosotros, ahora llenan salas y eso da sentido a tu trabajo”, reconoce Herminia Martínez, que lleva 22 años en la profesión y que “a base de formación, esfuerzo y mucho trabajo” ha conseguido posicionarse como productora musical, en la primera línea.
“Siempre me comprometo a hacer las cosas lo mejor que puedo” dice una mujer con una sonrisa infinita, un carácter extrovertido y don de gentes, que considera imprescindible la condición de responsable y ordenada para ser una buena productora musical, ya que su trabajo es contactar, coordinar, organizar, supervisar, controlar, asesorar... “Cuando una producción es buena, en el durante sólo tienes que luchar contra imprevistos”, aconseja quien siempre está detrás, trabajando como una responsable de la música.
Su relación con la producción empezó en Jaén con el Lagarto Rock, la Fiesta de la Primavera y el Certamen de Canción de Autor. Hoy continúa con la producción del Imagina Funk. Amplió experiencia en festivales nacionales como Soleilua de Lérida, Sol Mestizo de Albacete o el Reggaestival de Barcelona, entre otros muchos.
Recordando sus inicios en Jaén, nombra al técnico de sonido Guillermo Muñoz, con el que se formó en un curso de la Universidad Popular y que como ella, el año pasado recibió el premio de la Música de Jaén, otorgado por este periódico; y al director del Festival Etnosur, Pedro Melguizo, del que aprendió durante las casi dos décadas que trabajó con él. Llegó con 18 años y más tarde se convirtió en la directora de producción del mismo.
Ahí fue donde conoció a Armando Rúa, coordinador de la Asociación de Salas de Música de España, que contó con ella para el Girando por Salas. “Durante unos meses yo era su jefa en Etnosur y Armando mi jefe en el Girando por Salas, hasta que decidió dejarlo y me convertí en la coordinadora”, recuerda.
Ahora, con el Girando por Salas trabaja una semana en Madrid y una semana desde Jaén, coordinando a un equipo de profesionales que hacen de la música su vida. Sin embargo, le encantaría vivir de la producción en su ciudad natal. “Es imposible. No hay ningún productor en Jaén que viva sólo de la producción. En Jaén no hay salas de conciertos y los grupos que empiezan no tienen dónde tocar”, lamenta.
Reconoce que “en Jaén parece que se castiga al que quiere producir algún evento y en lugar de alentar, ponen palos a las ruedas”, viendo una única posibilidad en producir si se contara con la ayuda de la administración, con dinero público, reconociendo que “hoy día es una utopía”. Su última co-producción en la ciudad fue el Chavea Fest (junio de 2016) y este año no repetirá.
Desde septiembre de 2016 es miembro de la Asociación de Mujeres de la Industria de la Música, con la que a nivel nacional están dando pasos para visibilizar a la mujer en un sector profesional en el que “siempre ha sido la eterna secundaria”, consecuencia del machismo en la profesión.
