Todavía hoy estamos a la espera de que alguien acabe con esta larga y penosa incertidumbre que desde hace 17 años viven estos jienenses
En Jaén estamos de suerte porque con tanta lluvia como ha caído no ha pasado nada especial en la zona de Los Puentes, lo cual es casi milagroso. Los vecinos han estado los últimos días muy pendientes del cauce del río, que ha amenazado una vez más con desbordarse y a pesar de todo ha habido propiedades afectadas por las inundaciones y familias que han tenido que ser desalojadas y que han vivido de nuevo el calvario de una situación cíclica que en cualquier momento puede volver a ser una tragedia. Hay muchos vecinos que no se olvidan de los episodios de pánico vividos cuando las riadas han hecho estragos a su paso. Se pongan como se pongan las administraciones, todas ellas, y por supuesto los políticos que han tenido alguna responsabilidad durante los casi diecisiete años que hecho de las terribles tormentas de un agosto para el recuerdo, no han sido capaces de dar respuesta a la angustia de miles de familias, con lo que a este asunto le ha acompañado la misma suerte que otros muchos proyectos made in Jaén. Los vecinos, con el miedo en el cuerpo por los anunciados derribos, han ido reivindicando con mucho empeño en cada momento una solución y los políticos de turno, a los que en la mayoría de los casos han temblado las manos y las piernas por no saber cómo afrontar este asunto, han respondido con iniciativas, algunas muy ambiciosas y costosas, las más de las veces acuciados por meros intereses electorales, que han sido humo. Todavía hoy estamos a la espera de que alguien acabe con esta larga y penosa incertidumbre.