Residir en una vivienda sita en una plaza de una ciudad a la que llegó por trabajo hace 57 años y donde ha formado una familia, y ahora ver cómo ese lugar cambiará por el suyo propio.
Es lo que le ha ocurrido al médico internista José María Sillero Fernández de Cañete. Su vivienda está en la plaza de La Libertad, anterior 'Coca de la Piñera', y ahora ésta pasará a llamarse como él. Así lo ha querido el azar, ante la decisión tomada por el alcalde de la capital, que lo reconoce con este guiño como un hombre que ha aportado mucho a la ciudad.
“La habitación principal de mi vivienda da a la plaza. La contemplo a diario y recibir una noticia como ésta siempre te provoca emoción y una sensación de alegría muy grata”, ha valorado el doctor Sillero, que asegura que no es merecedor de un gesto como éste.
Conocido por su espabilada y lúcida escritura y sus colaboraciones semanales en VIVA JAÉN, Sillero ha rubricado en los últimos cinco años artículos que han permitido a los jienenses conocerlo mejor.
“Son muchas las personas que me han conocido y se han acercado a mi por ser articulista de VIVA JAÉN, más que por mi etapa como internista y director de los centros hospitalarios de Jaén o por haber estado al frente de la dirección del Instituto de Estudios Jienenses de la Diputación”, atestigua este granadino que llegó a Jaén con 27 años por una oposición de Medicina.
Desde entonces, y ya tiene 84 años, ha permanecido en una ciudad que ha sentido siempre suya. “Soy un granadino orgulloso de sus orígenes y jienense de corazón porque me he entregado mucho a esta ciudad, profesional y personalmente”, recuerda el doctor.
Y éste es el principal motivo del reconocimiento municipal, aunque él considere que no es merecedor de un halago como el de tener una calle con su nombre. “No lo esperaba y quizás mi mérito ha sido mi tenacidad y mi voluntad por hacer siempre las cosas con ganas”, asegura José María Sillero, que estos días no cesa en recibir felicitaciones. De ahí que confirme que se sienta más contento por lo que significa este homenaje para su familia y sus amigos, que para él mismo.
“Me siento en una nube, muy feliz por las muestras de alegría sana que estoy recibiendo de personas que se han preocupado por felicitarme.Se han alegrado como si fuera algo suyo y eso es una satisfacción”, continúa. Y es que Sillero asegura que a sus 84 años ya ve la vida desde una atalaya y la importancia que da a las cosas que le suceden “ya es relativa”, pero cuando su gente se alegra como lo está haciendo, le provoca una felicidad aún mayor.
Por todo ello, agradecido por el reconocimiento, Sillero Fernández de Cañete asegura que “con plaza o sin plaza” se iba a sentir “igual de jienense”, una ciudad en la que ha visto pasar los mejores momentos de su vida. Felicidades.