El Recreativo de Huelva
tendrá que mejorar y mucho en juego y en sensaciones si quiere ser un serio aspirante al ascenso a Primera RFEF en esta temporada. En las dos primeras jornadas de liga, el Decano había sumado por victorias sus encuentros pero dejando sensaciones dispares en su juego, sin dominar al rival, sin controlar los tiempos del partido y con demasiadas alternativas durante los partidos, lo que hacían generar dudas sobre el rendimiento real de esta plantilla.
Y este pasado domingo ante un serio candidato al ascenso como es el Betis Deportivo, plagado de jóvenes jugadores de una enorme calidad (el argentino Juan Cruz demostró que es de otra categoría muy superior),
al Decano se le vieron las costuras y los defectos que va a tener que pulir lo antes posible si no quiere empezar a complicarse las cosas con más de 10.000 abonados pidiendo juego y sobre todo resultados.
Personalidad
Al Recreativo de Huelva en esta categoría no le puede quitar el balón cualquier equipo que llegue al Nuevo Colombino y su entrenador deberá buscar los mejores futbolistas en su plantilla para que eso no ocurra, porque una cosa es perder por pegada del rival y otra que te quite el balón, que sea infinitamente superior a ti en todas las fases del juego y que se juegue a lo que él quiera, como ocurrió en esta última jornada.
Si el Decano quiere ser un claro candidato al ascenso,
debe mandar y controlar los partidos desde el minuto 1, juegue ante quien juegue, y no esperar atrás y enviar balones arriba para aprovechar segundas jugadas y la velocidad por bandas.
Este Recre
tiene para mucho más en su plantel y es que en esta categoría ya no se gana solo por inercia, pegada o por el escudo, sino que hay que demostrar la calidad en juego y en goles.
Lo de este pasado domingo ante el Betis Deportivo es el primer aviso serio que un rival le ha puesto al Decano en esta campaña. En los jugadores recreativistas y sobre todo en el técnico Abel Gómez está la solución para que este traspiés se quede en un pequeño tropiezo y no en el inicio de una caída en rendimiento, sensaciones y aspiraciones de un proyecto que tiene un objetivo claro y que no es otro que el volver a subir de categoría.