El presidente del Gobierno,
Pedro Sánchez, ha asegurado este domingo que
el final de las mascarillas en interiores llegará “muy pronto”. A mediados de febrero, la
Asociación Española de Pediatría (AEP) apuntó a la necesidad de “normalizar la transmisión” y señaló a los centros educativos como la “plataforma diana” ideal donde empezar la desescalada, una medida por la que también apuesta ya la
Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. ¿Qué piensan los miembros de la comunidad educativa onubense sobre estos planes? Según las opiniones recogidas por
Viva Huelva, familias y docentes coinciden en que la retirada debe cumplir un requisito imprescindible,
“prudencia”.
Para la presidenta de
Fampa Huelva, la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Huelva, Josebe Vázquez, lo importante en este escenario es, como hasta ahora, garantizar “la salud” de los escolares. “Entendemos que hay que volver a la normalidad pero no por ello podemos dejar de ser precavidos, nuestros hijos pasan muchas horas en una clase con 25 o 30 compañeros, donde las distancias son muy cortas y
no podemos quitar las mascarillas de golpe porque puede haber un repunte”, considera Vázquez.
En su informe del 14 de febrero,
la AEP proponía un calendario de poco más de dos meses para retirar la mascarilla de forma progresiva por grupos de edad desde Primaria hasta Bachillerato. Los planes del consejero de Salud, Jesús Aguirre, también hablan de realizar la desescalada por fases hasta completarla en Semana Santa. Sin embargo, a juicio de
Fampa Huelva iniciar el tercer trimestre sin mascarillas en las aulas “puede ser precipitado”.
La retirada, afirma la presidenta de las ampas onubenses, “debería ser
paulatina, hacerla con muchísima prudencia para que se pueda ir viendo poco a poco si sube la incidencia en los cursos donde se va quitando”.
Vázquez admite que los niños deben empezar a recuperar ya un entorno educativo normal ya que la enseñanza a cara tapada tiene consecuencias negativas, sobre todo, “para los más pequeños”. Sin embargo, cree que
es posible hacer esta transición de forma segura. “No nos va a afectar estar un poquito más con mascarilla si así podemos hacerlo poco a poco, vigilando las estadísticas”, considera.
Las fuerzas sindicales que representan a los docentes coinciden con Vázquez en que lo único que debe importar a la hora de tomar esta decisión es la salud de todos. En este sentido,
desde Ustea Ramón Zapata recuerda que los docentes no pueden tomar la decisión de quitar o no la mascarilla en el interior de las aulas pero sí exigir
que la medida que se aplique “esté garantizada por los expertos en salud, por los epidemiólogos, que sea una decisión reflexionada y que se haga llegar a través de instrucciones claras”.
Prado Rodríguez, responsable de Educación en
CSIF en Huelva, también considera que “la seguridad es lo primero que tiene primar” a la hora de retirar las mascarillas y que
esta decisión ha de estar “respaldada por un equipo de expertos”.
La AEP cree que los colegios son la plataforma adecuada para implantar una desescalada más rápida que sirva de “espejo para el resto de la sociedad” por la “menor infecciosidad de los niños” y “su también menor riesgo de enfermar”. Sin embargo, esta realidad, según CSIF, hay que tomarla con cautela. “Es cierto que ha habido menos casos en los niños pero también
tenemos que tener en cuenta que ellos son el colectivo menos vacunado”, dice Rodríguez.
Por ello, lo fundamental, insiste Rodríguez, es contar con garantías sanitarias antes de poner en marcha un nuevo escenario.
“No queremos ser conejillos de indias de la sociedad y que se experimente en los colegios, queremos que la medida sea segura y que esté totalmente controlada”, añade la responsable de CSIF.
Según Rodríguez, situaciones como esta ponen de manifiesto “la
importancia de tener una ratio más baja en las aulas”. Con ella coincide Carlos Sánchez Maraver, secretario general de Enseñanza de
CCOO en Huelva. “Si hubiéramos bajado la ratio ahora tendríamos más distancia en las aulas y podríamos valorar la medida de otra forma”, afirma.
“Pensamos que deberíamos ser prudentes, las aulas están llenas de niños que no pueden mantener la distancia por la alta ratio y eso puede significar que los brotes no desparezcan si quitamos ya las mascarillas”, valora Sánchez Maraver.
El responsable de Enseñanza en CCOO cree que, aunque son los expertos quienes deben tomar esta decisión, la medida parece precipitada. “Parece que se va hacer demasiado rápido y tenemos que ser más prudentes”, asegura.