El distrito Norte de Granada combate con temperaturas bajo cero su particular pandemia, un mal casi endémico marcado por los continuos cortes de suministro que se extienden a otros barrios y a otros municipios, sin que las administraciones hallen la "vacuna" que dé luz a un problema agravado por la covid.
El distrito Norte de Granada, una encrucijada de casi una decena de barrios en el que viven más de 25.000 personas, ha vuelto a salir a la calle a protestar para exigir soluciones a su particular pandemia, esa que lo mantiene a oscuras.
"¿La situación del barrio en cifras? El dato sangrante es que esta noche con temperaturas bajo cero en el barrio han estado sin luz casi 3.000 vecinos". "Esta noche" a la que se refiere el Defensor del Ciudadano de Granada, Manuel Martín, fue la noche del jueves, pero también muchas otras jornadas con frío invernal o con calor infernal.
El distrito Norte lleva décadas peleando contra un virus, el de los apagones, que ha dejado de ser un "resfriado marginal" para convertirse en una enfermedad grave que ya afecta a otros barrios como la Chana y a municipios del área metropolitana de Granada, y que podría convertirse en pandemia.
Endesa, la empresa encargada del suministro eléctrico, mantiene que los apagones se repiten por los enganches ilegales al suministro dedicados en un amplio porcentaje al cultivo de marihuana, un "negocio" que también se extiende alimentado por otra pandemia, la del coronavirus, y su crisis económica y social.
Martín ha explicado a Efe que el problema de los continuos cortes del suministro es ya una cuestión de "emergencia humanitaria" y ha pedido unidad para buscar soluciones a un barrio que combina frío, covid, abandono, problemas económicos y vulnerabilidad. Y droga.
"Uno de los problemas principales se llama marihuana", apuntó el alcalde de esta capital andaluza, Luis Salvador, antes de participar este viernes en la Mesa de la Zona Norte, un encuentro que reúne a todos los actores de este culebrón para arreglar el guion de un barrio que ha vuelto a salir a la calle para pedir luz.
Endesa, la empresa encargada de este suministro, comenzó en diciembre de 2019 un plan excepcional de inversión con 3 millones destinados a ampliar la potencia en la zona un 200 %, medidas que ofrecen a las 2.300 viviendas de los barrios de La Paz, Rey Badis y Cartuja la luz que necesitarían 11.000 casas.
Según ha explicado la empresa a Efe, estas medidas tampoco han sido suficientes para garantizar que miles de clientes con contrato, personas que pagan su luz, sufran apagones y cortes de suministro que no entienden de frío, de necesidades, que condicionan la vida de un distrito que reclama en la calle una vacuna para su mal.
"Con que un solo vecino pagara y no tuviera luz habría que actuar, pero son muchos. En Norte se vulneran al menos siete derechos fundamentales y tres convenios internacionales, por eso pedimos que se abandonen los discursos criminalizadores y se actúe", ha añadido Martín.
El alcalde de Granada ha recalcado que los apagones de Norte se han convertido en un problema que podría extenderse y ha apostado por "dejar de tirarnos los trastos a la cabeza" para erradicar un mal que se agudiza en época de pandemia.
"O lo afrontamos con realismo y crudeza o estaremos diciendo cosas para quedar bien sin ir a la raíz del problema", ha añadido.
La Junta cifra en un 60 % las viviendas enganchadas ilegalmente a la luz, una buena parte para cultivar marihuana, lo que incrementa los apagones y un número de incidencias que ha crecido un 30 % en los últimos meses.
"Si se ha encontrado una vacuna para el covid, ¿no vamos a solucionar esto?", se ha preguntado Martín, que con trabajo diario e informes ha logrado el compromiso de la ONU, que enviará a un relator a este distrito en guerra por ver la luz.
