La mujer, que en su momento fue enviada a prisión provisional y sin fianza, se enfrenta a 18 años de cárcel
La mujer acusada de matar en Cortegada a un hombre al que conoció por Internet y que viajó hasta su casa en Galicia ha reconocido este lunes en el juicio oral que le dio pastillas, lo asfixió, quemó su cadáver y lo enterró después de descuartizarlo.
"Le di pastillas y lo asfixié con una almohada", ha confesado en la primera jornada de la vista, con jurado popular, que acoge la Audiencia Provincial de Ourense.
A preguntas de la Fiscalía, la procesada ha relatado que el hombre, natural de Cataluña, había viajado a su casa, en Cortegada, después de llevar "uno o dos meses" conociéndose por internet y que, estando allí, le mató porque "quería que se fuera".
La mujer, que en su momento fue enviada a prisión provisional y sin fianza, se enfrenta a 18 años de cárcel toda vez que se tiene en cuenta la atenuante de alteración psíquica; y al pago de cuantías que llegan hasta los 70.000 y 65.000 euros para, respectivamente, la madre e hija de la víctima.
Los hechos se remontan a finales de agosto de 2021, cuando la mujer y el hombre, vecino de Castelldefels, se conocieron a través de una red social de contactos y se intercambiaron sus teléfonos. La procesada le invitó a pasar unos días en su domicilio y éste cogió un vuelo a Vigo, donde la acusada le recogió para trasladarse ambos a la vivienda de ella.
La víctima es José María R. Z, un varón de 53 años de Barcelona que viajó a Cortegada en agosto para encontrarse con Cristina R.V, una joven de 26.
La Guardia Civil encontró en su día un pie enterrado en una finca próxima a la vivienda de Cristina, que ha confesado haber asesinado a su amante después de sedarlo y asfixiarlo con una almohada.
Durante esta primera sesión, la fiscal que lleva el caso ha pedido una condena para la acusada que "drogó, mató y descuartizó a José María", tal y como ella misma ha reconocido.
La defensa, que solicita su libre absolución, ha solicitado en cambio "que no se le dé la espalda" a la mujer, que padece un trastorno psicológico y psiquiátrico, y que se le proporcione una "segunda oportunidad" por el principio de igualdad de oportunidades, de tal forma que se le someta a tratamiento médico y no se dicte su ingreso en prisión.